Por: Eduardo Sánchez
La fiesta rojiblanca comenzó a los nueve minutos con el gol de Antonio Briseño, quien se hizo gigante en el área felina para cabecear un centro de Isaac Brizuela en tiro de esquina. El estadio estalló y los de Tomás Boy se contagiaron del apoyo de su gente para superar con claridad a los regiomontanos.
Chivas jugó la parte complementaria con el cuchillo entre los dientes y, aunque no tuvo acciones tan claras para sellar el encuentro, el gran trabajo defensivo y de medio campo termino por maniatar a los Tigres.
Cuando el partido agonizaba, Alan Pulido se sacó una jugada individual en el área felina, consiguiendo ser derribado para obtener una pena máxima que capitalizaría de buena manera para sellar la noche más dulce del Guadalajara.
El Rebaño regresará a cada tranquilo, pero deberá confirmar su despertar futbolístico en su visita a Puebla para la Fecha 3, donde buscará mejorar el tema porcentual.