América fuera: León-Tigres en final de fieras

Por: Eduardo Sánchez

El campeón murió en León. Tendremos nuevo rey en la Liga MX y un par de fieras se disputa­rán el trono que desde el sábado quedó vacante.


Las Águilas pelearon y pusie­ron en predicamentos a los Pan­zas Verdes. Soñaron con el gol tempranero de Valdez, pero de a poco se les acabó el gas y el tiem­po se les terminó. Se quedaron en el intento y le dijeron adiós al sueño del bicampeonato.

El campeonato lo disputarán dos felinos poderosos el jueves en San Nicolás y el domingo en el Nou Camp.


La hora de la verdad llegó para el campeón en punto de las 20:06 hrs. El Nou Camp se convirtió en una auténtica caldera de pasio­nes para impulsar a un León que dejó mal heridas a las Águilas en el juego de ida y que partía como favorito para concluir la obra en su casa, ante su gente.

La Fiera avisó primero sobre su peligrosidad en la guarida. Luis Montes llegó hasta el calle­jón izquierdo y metió un centro que José Juan Macías ganó por elevación. El JJ conectó de ca­beza, giró el cuello y cuando se cantaba el primero de la noche, el poste le dijo que no al novel ata­cante.

A partir de ese instante, el cotejo se cargaría de un solo lado. América se fue al frente con la urgencia de goles a cues­tas y rápidamente encontró el primero.

Fue un tiro de esquina en el que Bruno Valdez apareció para meter en la serie a los azulcre­mas. Como siempre, el defensa paraguayo demostró su valor al aparecer en el área y rematar de cabeza, lejos de la ubicación de Cota. ¡Gol del ave!

Los Millonetas se llenaron de confianza luego de ponerse arri­ba en el electrónico. Ibarra y Gui­do Rodríguez coquetearon con el segundo, pero las manos de Cota fueron salvadoras y evitaron la debacle verde.

Pese a que los Panzas Verdes no reaccionaban, el daño no era mayor. Lograron contener los embates rivales y se fueron al descanso todavía con la serie de su lado, aunque con la presión de que un gol les podría poner todo muy cuesta arriba.

Ambriz sabía que el medio campo lo había perdido y a fin de equilibrar en ese sentido, mandó al campo a Iván Rodríguez. Sacri­ficó la explosividad de Campbell para ganar en equilibrio.

El movimiento de Nacho re­sultó. León le metió hielo al parti­do y maniató a unas Águilas que ya no encontraban tantas facili­dades como en la ida y el primer tiempo.

Con el reloj como enemigo y nada que perder, Miguel Herrera quemó naves. De golpe mandó a Oribe Peralta y Jesús López como revulsivos. Llegaba la hora de matar o morir.

Por si no era suficiente el dra­matismo, León se quedó con uno menos. Sambueza bajó a Ibarra en una contra a la altura de me­dio campo. Ramos Palazuelos le mostró la segunda amarilla y lo mandó a las regaderas. 15 minutos por delante y un gol de diferencia tenían al Nou Camp al borde del colapso.

Lejos de aprovechar la supe­rioridad el hombre más, América la desperdició cuando Guido Ro­dríguez emparejó con una mano que lo hizo merecedor de la se­gunda amarilla. Parece que ahí se esfumó mucho del ánimo de la remontada. Los arribos se volvie­ron predecibles, sin idea. Los ata­cantes cremas se estrellaron una y otra vez con la muralla verde sin inquietar a Cota.