Por: Eduardo Sánchez
Ziyech filtró un pase desde la frontal y el lateral inglés no se anticipó a Van de Beek. El holandés controló el balón, al borde del fuera de juego, y le tiró dos amagos a Lloris, suficientes para lanzarle al suelo y definir a placer.
El 0-1 no tiró atrás al Ajax, que lo siguió intentando, mientras que el Tottenham encontró su única vía en un Fernando Llorente encargado de filtrar el juego del equipo bajando balones de espaldas y rematando. En una falta lateral, un remate suyo llevó el máximo peligro del equipo hasta que una acción fortuita cambió el dibujo de Pochettino.
La superioridad holandesa en el medio se desinfló y cuando Alli tuvo un tiro al medio, bien detenido por Onana, y Llorente controló varias veces balones en la frontal, el partido ya había cambiado de bando.
Pero el Tottenham asustaba más por el ambiente que por el juego porque sus llegadas eran contadas y muchas veces inertes, muertas ya de antemano por la pólvora mojada de no contar ni con Heung-min Son ni con Harry Kane.
A la contra, pudo “matar” al Tottenham, pero una jugada del incorporado Mazraoui la estrelló en el palo Neres.