Las redes 6G avanzan con la promesa de ser 100 veces más rápidas que el 5G y revolucionar la conectividad global
Por: Jhoanna Ontiveros Peraza
El 2025 se perfila como un año clave para la evolución tecnológica a nivel global. La inteligencia artificial, la automatización y la conectividad avanzan a pasos acelerados, redefiniendo la manera en que trabajamos, nos comunicamos y resolvemos problemas cotidianos.
En este escenario, mientras la tecnología 5G continúa su despliegue en distintos países, ya se están sentando las bases de la próxima gran revolución en telecomunicaciones: las redes 6G.
¿QUÉ ESPERAR DE REDES 100 VECES MÁS RÁPIDAS QUE 5G?
Aunque su adopción masiva aún se encuentra a varios años de distancia, el desarrollo del 6G avanza con la promesa de ofrecer velocidades hasta 100 veces superiores a las del 5G, además de una latencia prácticamente imperceptible.
Esto permitirá el intercambio de datos en tiempo real y abrirá la puerta a aplicaciones que hoy parecen futuristas, especialmente en campos como el Internet de las Cosas (IoT), la realidad aumentada (AR), la realidad virtual (VR) y los sistemas autónomos.
De acuerdo con proyecciones de la empresa Ericsson, para el año 2030 el 6G podría conectar a más de 500 mil millones de dispositivos en todo el mundo. Esta hiperconectividad tendría un impacto directo en sectores estratégicos como la salud, donde ya se explora la posibilidad de realizar cirugías a distancia, permitiendo que especialistas operen en tiempo real a pacientes ubicados en cualquier parte del planeta.
BENEFICIOS DE LA LLEGADA DEL 6G
Entre los principales beneficios que se esperan con la llegada del 6G destacan las experiencias digitales inmersivas, con entornos de realidad aumentada y virtual mucho más realistas, que transformarían áreas como el entretenimiento, la capacitación laboral y la educación. Asimismo, las ciudades inteligentes podrían dar un salto significativo gracias a una gestión del tráfico en tiempo real, una mejor optimización del consumo energético y sistemas más avanzados de seguridad pública.
Otro de los campos que podría verse beneficiado es la exploración espacial. La tecnología 6G facilitaría sistemas de comunicación más robustos y veloces para misiones fuera de la Tierra, incluyendo proyectos de exploración en Marte y otras misiones de largo alcance.
Si bien aún faltan varios años para que el 6G forme parte de la vida cotidiana, los avances que se desarrollan durante 2025 serán determinantes para construir un futuro más conectado, eficiente e innovador. La próxima generación de redes no solo promete mayor velocidad, sino una transformación profunda en la forma en que la tecnología se integra a la sociedad.