
Por: Eduardo Sánchez
Jesús Adán Gil Gil, padre de familia, dijo que hace falta mayor vigilancia por parte de Seguridad Pública en este espacio educativo.
El problema es que hacen sus necesidades y en los últimos días quebraron cerveza en la entrada del colegio, expuso.
“Necesitamos que hagan rondines. Sabemos que los jóvenes necesitan su espacio, pero hay maneras. Esta es una institución educativa y deberían de respetarla”, manifestó.
Lucía de Rosario Talamante, madre de familia, indicó que la situación es denigrante: llegar los lunes a quitar botellas quebradas y lavar porque huele a orines, incluso quitar condones.
“Desde las siete de la tarde ya están aquí los jóvenes. El año pasado hubo campamento y solicitamos que se fueran, porque tenía música alta. La Policía llegó y les pidió retirarse y más tarde regresaron”, refirió.
Agregó que es triste la situación, porque hay lugares donde puedan tomar y se vienen afuera de este colegio, que tiene más de 30 años de servicio.
“Desde administraciones pasados se han llevado oficios al Ayuntamiento, hacen caso omiso y el problema sigue. Constantemente hemos tenido actos vandálicos”, concluyó.