Se seca la presa Abelardo L. Rodríguez

De días gloriosos a suelo agrietado y ecosistema con potencial

Por: Leova Peralta

En 1948, con el fin de almacenar agua del Río San Miguel para el riego en las zonas agrícolas de la Costa de Hermosillo, fue construida la Presa Abelardo L. Rodríguez al oriente de la ciudad de la capital del Estado y un diseño que era una cortina de 27 metros de altura levantada sobre el Río Sonora.

A partir de los años 70, el crecimiento de la ciudad superó la capacidad de los pozos y la infraestructura existente, por lo cual, la presa se adoptó como una fuente vital para el abasto de agua potable, aunque su diseño no era ideal porque el subsuelo no era el más apto para la conservación del agua, y esta tendía a absorberse o evaporarse, lo que limitaba su utilidad.

Y en 1983, un exceso de lluvias provocó una acumulación masiva de agua en la presa, y para evitar el colapso, las autoridades tuvieron que liberar grandes cantidades de agua, lo que provocó una inundación que dividió a Hermosillo y arrasó con todo a su paso, quedando expuesta la necesidad de infraestructura de protección, resultando en la construcción del Vado del Río para proteger a la ciudad en el futuro.

A lo largo de los años, especialmente desde 1997, la presa ha experimentado periodos de sequía y actualmente está completamente vacía, mientras que el pasado fue un símbolo de la vida, admiración y la pesca en la zona.

LA EVOLUCIÓN

La investigadora de la licenciatura en Ecología de la Universidad Estatal de Sonora, Maribel Pallanez Murrieta, señaló que, con el paso de los años, la presa ha pasado de una infraestructura hidráulica a un humedal con características ecológicas importantes y con aportación de bienes y servicios adicionales a la captación de agua.

"Creemos fervientemente que a la vuelta de 76 años de haberse edificado, la presa de Hermosillo se ha constituido como un humedal construido o laguna de agua dulce, que brinda bienes y servicios ambientales importantes para la comunidad hermosillense y por lo cual debe conservarse", dijo Pallanez Murrieta.

Resaltó que la historia de protección del sitio muestra que algunos de los servicios ambientales que ha prestado esta presa durante su tiempo de vida son la mitigación al cambio climático, el hábitat para fauna y flora silvestre, tierras agrícolas fértiles por formación de suelo, recreación y esparcimiento, control de avenidas o inundaciones, regulación de agua, recarga de acuíferos, estabilización del microclima, diversidad biológica, patrimonio cultural y polinización.

Desgraciadamente, estos servicios ambientales han sido infravalorados por las dependencias gubernamentales y los esfuerzos de los grupos sociales no ha permeado lo suficiente en las decisiones políticas que se toman en torno a su manejo, lo que se demuestra por las frecuentes sequías que aquejan la zona y que ponen en riesgo su conservación.

"No tenemos dudas de que los pobladores de la ciudad de Hermosillo merecen contar con espacios públicos que estén a la altura de las grandes ciudades, por lo que es importante valorar a las áreas naturales protegidas como una estrategia jurídica que brinda certeza a su protección y conservación", expresó la investigadora.

PLAN ESTATAL

El gobernador del Estado, Alfonso Durazo Montaño, ha señalado que se necesita recurso para la construcción de tres nuevas presas que tienen el objetivo de abastecer agua a la capital como parte del plan hídrico que garantiza el suministro por 30 años.

"Ocupamos 6 mil 600 millones de pesos para la construcción de las presas, y vamos a vender el mínimo de la presa Abelardo L. Rodríguez, el resto de la presa se quedará como reserva territorial para uso de proyectos estratégicos que beneficien a los sonorenses", dijo el gobernador.

El mandatario estatal también resaltó que dejará un candado para que no se venda la tierra con el pasar de los años, tal como sucedió en gobiernos anteriores, quienes no le entregaron patrimonio inmobiliario, y que estos planes tienen que ver con la necesidad de garantizar agua para Hermosillo. "Voy a buscar la forma de poner candados, finalmente quien va a avalar los estudios es la Comisión Nacional de Agua, aunque participan muchas instituciones".

VENTA DE LA PRESA

La investigadora de la licenciatura en Ecología de la Universidad Estatal de Sonora, Maribel Pallanez Murrieta, puntualizó que, para el caso de la presa, más que su venta, se sugiere la realización de un estudio que determine el caudal de agua que requiere mantener a fin de salvaguardar los servicios ambientales con los que cuenta además de generar un programa alineado al manejo de las áreas naturales protegidas en su totalidad que permita contar con un espacio natural.

David Jacobo Calles Montaño, Maestro en Estudios Latinoamericanos por la Simon Fraser University en Vancouver, Canadá, dijo que hay dos argumentos que sobresalen en la declaración del gobernador sobre la venta de la presa Abelardo L. Rodríguez. "Primero, que la presa no ha aportado en cincuenta años una gota de agua a la capital del Estado, y segundo, que los hermosillenses seríamos los principales beneficiarios, ya que con los recursos obtenidos por la venta se construirían tres presas que garantizarían el abasto de agua a la ciudad por 50 años".

El Maestro, plantea la pregunta ¿Por qué reemplazar una presa ya construida por tres presas por construirse? Y señala que la propuesta del gobernador es básicamente la de "catafixiar" la presa, porque  su ubicación tiene una alta plusvalía, por tres presas que tendrían básicamente el mismo fin que la primera, proteger a la ciudad de una inevitable creciente del Río Sonora.

"La construcción de las tres presas no garantiza resolver el problema de agua en Hermosillo y proteger mejor a nuestra población de una posible inundación, además de que su construcción está condicionada a la venta de nuestra presa, lo cual no garantiza a los hermosillenses su eventual construcción", analizó Calles Montaño.

Señaló que la propuesta del gobernador no solo pone en juego la seguridad de los hermosillenses, la privatización de un área natural protegida y la oportunidad de una ciudad más verde y sustentable, sino que, al ser un tema tan controversial y politizado, su propuesta pone en juego también el futuro político de la 4T en Sonora y con ello el balance político.

"Por su ubicación, la presa es el único espacio con el que cuenta la ciudad que permitiría la creación de un bosque, lo cual podría ser posible a través de un proyecto de reforestación de árboles asociados al cauce del Río Sonora, como son los álamos y sauces llorones", dijo David Jacobo.

Aunado a lo anterior, también destacó que, en lugar de privatizarla, el Gobierno del Estado debería de invertir en su mejoramiento, de hacerla más pública y accesible a los hermosillenses, ofreciendo un espacio recreativo y una extensa área verde para el disfrute de todos los hermosillenses.

EL INICIO DEL FIN

De acuerdo a registros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en 1994 la presa Abelardo L. Rodríguez tuvo su última mayor captación de agua, que fue de 300 millones de cúbicos y a partir de 1998 la cifra disminuyó considerablemente teniendo un almacenamiento cercano a los 10 millones de metros cúbicos.

Durante el 2019, la presa tuvo un acumulado aproximado a los 20 millones de metros cúbicos de agua, sin embargo, en los años siguientes ha permanecido en cero.