Por: Eduardo Sánchez
“Yo era albañil, cuando me dirigía del trabajo a casa, en la bajada del Río Mayo, un grupo de vándalos me asaltaron y golpearon al grado de dejarme ciego”, relató.
Recordó que fue el día 30 de septiembre de 1994 por la noche cuando su vida cambió, desde entonces es desempleado y recorre la ciudad con un palo en mano como bastón solicitando ayuda de la población.
“Yo le pido a toda la ciudadanía que me apoye con alimento o alguna cobija o ropa. Vivo en la Comisaría de Rosales completamente solo; la gente ya me conoce”, refirió.
Si usted desea ayudar a Crisanto, vive en la comunidad de Guaymitas en el poste 26 entrando al poblado.