Por: Eduardo Sánchez
Por: Gerardo Armenta
El PRI perdió casi todo en las recientes elecciones, dijo Bulmaro Pacheco. Sucedió así porque no supo defenderse a tiempo de los ataques recibidos por el Gobierno, añadió el maestro, articulista y presidente de la Fundación Colosio en Sonora.
Perdió también, expuso, porque no supo hacerse a un lado de las culpas recibidas por el régimen. Y entonces “al PRI le cayó todo eso”, aunque este partido “está vivo”, resumió Pacheco Moreno en una entrevista con Diario Del Mayo.
La plática inició con pormenores relativos a que parecería que en Sonora los priistas ya se están preparando para la campaña electoral por la gubernatura.
¿Es así?, se le preguntó.
Es entendible que eso suceda.
¿Por qué?
Porque ya no hay presidente de la República del PRI.
¿Y eso qué tiene que ver?
La función que tradicionalmente desarrolló el presidente en casos como el que hablamos fue ver la terna y sugerir quién podía ser el candidato o la candidata al Gobierno del Estado.
¿Y entonces?
Ahora ya no hay eso.
¿Qué va a pasar?
Tampoco hay una dirigencia nacional del PRI que vaya a perdurar hasta el 2021. El tiempo estimado para que termine sus labores es agosto. Se llevará a cabo una asamblea que realice con espíritu crítico un análisis de todo lo que pasó en 2018. Por qué al PRI le fue tan mal. Por qué perdió casi todo.
¿Por qué le fue tan mal al PRI en la más reciente elección? ¿Por qué perdió casi todo?
Porque no supo defenderse a tiempo de los ataques que le hacían al Gobierno. Porque no supo valorar que la política del Gobierno de Enrique Peña Nieto le afectaba con las decisiones que tomaba. Y porque no supo hacerse a un lado de todas las culpas que le cargaban al Gobierno. Y automáticamente al PRI le cayó todo eso
¿Tales fueron las razones de la caída del PRI?
Claro: también hubo casos particulares lamentables. El caso de un Javier Duarte. El caso de los gobernadores corruptos que lo explotaron como nunca. Esto creó un clima de insatisfacción social que definitivamente se reflejó en el voto anti PRI. Pero el PRI no murió como muchos dicen.
¿El PRI realmente está vivo?
Claro.
¿Cómo se puede sustentar una evidencia de esa naturaleza?
Usted sabe que en el 2018 participaron nueve partidos políticos. Y la gente eliminó a dos: al Panal y a Encuentro Social. Y hoy en los seis estados que habrá elecciones (incluido Puebla) figuran solamente tres partidos. A la hora que usted pregunta por qué partido se piensa votar, aparecen Morena, PRI y PAN. Tres partidos.
¿Y dónde están los demás partidos?
El resto o hace alianzas o hace tremendos esfuerzos para sobrevivir y conseguir el 3% de la votación que se requiere según la ley para conseguir el registro. Y es válido hablar de esfuerzos como los que tendrá que hacer el PRD. Este es un partido que está ya enfermo de cáncer político.
¿Por qué existen tantos partidos políticos?
Porque han sido una garantía ciudadana.
¿Garantía? ¿En qué sentido?
En el sentido de que más vale tener partidos políticos que guerrillas o violencia urbana.
¿Tal es la alternativa?
La realidad es que desde 1979, que es cuando se empieza a operar la reforma política, en México han existido 53 partidos políticos, nueve hasta el 2018, siete actualmente y quién sabe cuántos habrá después del 2021 con la succión que ha hecho Morena de las izquierdas. Pero le tengo una buena noticia.
¿Cuál es?
Hoy que existen agrupaciones que quieren ser partidos políticos, se registraron 106, de las que se restaron cuatro porque no cumplieron los requisitos. Y quedaron 102 organizaciones con ese propósito.
¿Eso podría ser una locura?
Digamos que es un derecho.
¿Pero qué se puede decir más allá de esa observación?
Que desde el punto de vista de la sociedad sí es una locura. Porque son muchas las organizaciones que pretenden convertirse en partidos políticos.
¿Qué pasará al final?
Yo creo que el INE va a tener que hacer gala de artes muy especiales porque para el 31 de noviembre debe emitir un dictamen en esta materia.
¿Por qué parecería que en México la política es un quehacer muy acreditado? Y aunque la realidad es otra, lo cierto es que todo mundo quiere entrarle a la política.
La política es un medio que algunos partidos políticos desacreditaron mucho torciendo sus fines para convertirlos en intereses privados. Y eso llevó a que esos partidos se agotaran. Pero también quedó el ejemplo de que usaban el dinero para beneficio particular. El dinero de los partidos ha representado una polémica impresionante.
¿Por qué razones?
Y es que mucha gente quiere que ese dinero se elimine inmediatamente. En Italia, por ejemplo, se va a quitar. Pero allá se eliminará un tercio de ese dinero durante un año. Luego un tercio más en otro año. Y así. Porque tampoco se puede dejar a los partidos a merced de los grupos de interés o del hampa organizada que ya se han metido directamente en la selección de candidatos en algunos distritos y municipios. Y tampoco se puede dejar a los partidos en un esquema donde, como en México, no hay una cultura cívica. Pensemos en el pago de cuotas. Vea usted como a los sindicatos el Gobierno les tiene que descontar cuotas para dárselas a los líderes.
¿Y no sería posible que los partidos políticos se sostuvieran con las aportaciones de sus militantes?
O como lo hacían antes el PRI y el PAN.
¿Cómo lo hacían?
Con rifas y con llamados a la gente. Pero lo que pasa es que en los últimos años los partidos políticos han creado estructuras burocráticas tan pesadas que cuestan mucho. Y también hay que reconocer que el proceso electoral se ha deformado mucho con la compra de votos. Estas prácticas han introducido una modalidad de comportamiento en los partidos que ha hecho que su operación sea más cara. Pero para hacer política no se requiere mucho dinero.
¿Qué se necesita?
Se requiere una difusión de los proyectos, presentar buenos candidatos y esto abarata directamente el costo de las campañas.
Sin embargo, eso no ha ocurrido en México. Por eso, quizá valga preguntar si la política está en una encrucijada en un país como el nuestro.
Sí lo está. Pero también allí es lamentable que las candidaturas independientes no hayan tenido la fuerza y la atracción que muchos les señalaban. Acuérdese usted que antes se hablaba maravillas de personajes como Clouthier y Kumamoto que han ido desapareciendo de la escena. En Sonora se implantaron en la Constitución las candidaturas independientes. Y hasta la fecha sólo un presidente municipal llegó a serlo por esa vía. Que es el de Cananea.
¿Qué pensar de esta situación?
Yo creo que se tiene que replantear el esquema de la operación política, discutir a fondo qué va a pasar con el financiamiento de los partidos políticos, y también discutir abiertamente cuáles partidos políticos deben quedarle a la sociedad mexicana para que sean verdaderas opciones de cambio y de transformación.
¿Morena es un partido que llegó para quedarse como amo y señor de la política en México?
Está haciendo todo para lograrlo con las clientelas que trae de los ninis y los adultos mayores. Incluso el caso de las guarderías nosotros lo vemos como un intento de crear un sistema clientelar vía los abuelos para darles dinero. Esto lo vemos más como un intento de no resolver el problema de fondo que afecta a 350 mil niños y a 60 mil trabajadores. Yo creo que Morena está haciendo todo para formalizar su estructura. Porque hoy depende sólo de una voluntad. En los hechos, si usted va al comité municipal o distrital, Morena no existe. Pero ahora tiene la intención de formar una estructura territorial que le proporcione elementos para ganar una elección en el 2021. Y, sobre todo, tal y como lo han anunciado, si es que hay una boleta especial que lleve la revocación de mandato.
¿Pensaría usted que la intención de Morena es convertirse en un nuevo PRI?
Morena es una mezcla muy multicolor.
¿En qué forma?
Porque hay panistas, hay priistas, hay perredistas, perretistas, gente del Movimiento Ciudadano. Todos se fueron con la alternativa de Andrés Manuel López Obrador. No veo en Morena una declaración de principios o un programa de acción que le haga diferente del resto de los partidos o del resto de las corrientes históricas. Acuérdese que en México históricamente sólo había la corriente política del lombardismo (por Vicente Lombardo Toledano). Pero en el otro lado del PRI estuvo el nacionalismo revolucionario. Esto último es lo que Morena está tomando hoy como referente para las medidas que ha anunciado en la Comisión Federal de Electricidad, en Petróleos Mexicanos, en las 100 universidades y ese tipo de cosas. Creo que el reto será integrar un partido con estructura territorial. Morena va a requerir una estructura para ganar elecciones.
¿El PRI fue realmente algo muy especial en la vida democrática y política del país?
Pienso que lo sigue siendo hasta ahora.
¿Hasta ese extremo?
Eso lo podemos debatir con quien sea.