Por: Eduardo Sánchez
La madre de familia, de 26 años de edad y con estudios hasta secundaria, comentó que, durante el proselitismo, Mendívil Valenzuela los abrazaba y recorría los hogares prometiendo que iban a traer obras, apoyos y programas en beneficio de la gente.
Señaló que mucha gente que enferma tiene que trasladarse al Centro de Salud Urbano de Navojoa, ya que en sus localidades no hay médicos y mucho menos fármacos.
Ayer, Cruz Moroyoqui tuvo que dejar de trabajar en el campo para acompañar a su abuela a esta ciudad, donde primero acudió al Centro de Salud Urbana y posteriormente al Hospital General para atenderse de un problema de la presión arterial.
Comentó que desde hace cuatro años espera un apoyo de vivienda, documentación que dejó en el Ayuntamiento en la administración de Ubaldo Ibarra Lugo, pero que a la fecha no se sabe si se encuentra en trámite.
Además de hacerse cargo de sus dos hijos, Cruz Moroyoqui tiene que atender a su abuela, Elia Neyoy, de 77 años de edad, quien padece de la presión y requiere de un cuidado especial.
Comentó que sus hijos, de 2 y 4 años de edad, se malpasan en algunas ocasiones por falta de alimento.
“Yo trabajo en el campo, pero es muy poco el dinero que gano para alimentar a cuatro bocas. Ojalá que las autoridades se dieran una vueltecita para que vieran cómo vivimos”, señaló.
Además de las viviendas, los habitantes de esta localidad marginada ocupan mejores caminos, agua, seguridad, programas sociales, obras y requieren de atención médica para no trasladarse hasta otros municipios.
Nada más en el traslado hasta Navojoa, las dos tuvieron que hacer un gasto de 500 pesos, entre el pasaje, la comida y un medicamento que no tenían disponible en los centros médicos.