Miguel Ayala informó que para el éxito de dicho programa, que terminará en agosto, se instalarán ocho estaciones con cámaras trampa
Por: Raúl Armenta Rincón
Ante el riesgo de extinción del jaguar, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) iniciaron en Álamos el Censo Nacional.
Miguel Ángel Ayala Mata, director de la organización no gubernamental Naturaleza y Cultura Internacional, informó que el objetivo es lograr la conservación, manejo y restauración del hábitat de ese felino.
Indicó que para el éxito de dicho programa, que terminará en agosto próximo, se instalarán ocho estaciones con cámaras trampa.
Señaló que el monitoreo, que es el tercero que se realiza y el primero en el que participa Álamos, también intervienen la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Alianza Nacional Para la Conservación del Jaguar.
“El censo se realizará en 19 áreas naturales protegidas, entre éstas la de Álamos, y otros 10 sitios, y con este ejercicio se espera comparar el tamaño poblacional del felino en México con respecto a censos previos”, agregó.
UNA DRÁSTICA REDUCCIÓN
Ayala Mata informó que la población del jaguar, a principios del siglo XX, era de 20 mil ejemplares en el país, y la primera fase del censo, en 2010, reveló que el jaguar era una especie en peligro de extinción, porque ya sólo había alrededor de 4 mil, mientras que para la segunda etapa, en el 2018, aumentó a 4 mil 800.
Explicó que, en México, la deforestación y la fragmentación y pérdida de su hábitat (selvas, bosques y manglares) han sido una de las principales causas del decremento de sus poblaciones.
También la caza furtiva, para obtener una presa como trofeo o para traficar su piel, cráneo y dientes, además de la caza de hembras para el tráfico de crías y la mortalidad causada por ganaderos han provocado la pérdida de la población del animal sagrado de las culturas prehispánicas, añadió.
El jaguar, que en promedio pesa entre 65 y 100 kilogramos, es de los principales depredadores de la cadena alimentaria y su mordida es la más poderosa de todos los felinos, al grado de que es capaz de perforar fácilmente el caparazón de una tortuga.