Por: Eduardo Sánchez
“Este mal hábito no nada más contribuye a un aumento de peso, obesidad, aunado con sedentarismo, sino también a problemas de salud más severos; en el caso de personas con diabetes, incluso puede generar resistencia a la insulina e incluso problemas cardiovasculares por el mismo aumento de triglicéridos y colesterol”, declaró García.
“Lo que pasa es que el metabolismo se hace más lento de lo que comúnmente nosotros debiéramos tenerlo, entonces lo que consumimos, después de omitir el desayuno, el cuerpo lo empieza a almacenar en forma de grasa para obtener reservas cuando nosotros estemos omitiendo esas partes de comida”, afirmó Flores Pino.
Dijo que las personas que cenan, pero evitan el desayuno y comida, provocan que su cuerpo guarde grasa para obtener energía y así funcionar todo el día, pero generan un metabolismo más lento al quemar menos calorías de lo normal, lo que también lleva al estreñimiento.
Los nutriólogos recomendaron, para los casos que afirman no tener tiempo para preparar su desayuno, guardar un poco de cena de la noche anterior o preparar un licuado con fruta, leche, cereal y a media mañana buscar un alimento con más proteínas.
Sergio Flores Pino aclaró que no es normal despertarse sin hambre, ya que el cuerpo siempre va a pedir alimento, pero el evitar el desayuno motiva al cuerpo a adaptarse a esa falta de comida y a generar más grasa al momento de comer.