La Cruz del Diablo debe su nombre a su particular forma de cruz y a las leyendas y mitos que han surgido alrededor del lugar a lo largo de los años
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
El estado de Sonora, conocido por su diversidad de ecosistemas y paisajes, ofrece a los turistas numerosos puntos de interés, entre los cuales destaca la impresionante Cruz del Diablo.
Este cañón, situado en Huásabas, Sonora, se ha convertido en un destino imprescindible para los fanáticos de la adrenalina, gracias a sus vistas inigualables y las actividades extremas que se pueden practicar en él.
La Cruz del Diablo debe su nombre a su particular forma de cruz y a las leyendas y mitos que han surgido alrededor del lugar a lo largo de los años. Este cañón cuenta con zonas que alcanzan profundidades de hasta 150 metros, y un valle con una caída de 900 metros, creando impresionantes pasillos de roca ideales para la práctica de diversos deportes extremos como el cañonismo, el rappel, la escalada y el highline.
El highline, en particular, es una actividad que desafía tanto el equilibrio como el valor de quienes se atreven a practicarlo. Consiste en caminar sobre una cuerda tensa enganchada a dos puntos de anclaje, suspendida a gran altura. Este deporte no es apto para quienes temen a las alturas, ya que requiere un alto nivel de concentración y coraje.
CÓMO LLEGAR DESDE HERMOSILLO
Para llegar a la Cruz del Diablo desde Hermosillo, se debe tomar la carretera a Ures y continuar hasta llegar a Mazocahui. Desde allí, se gira a la derecha hacia el camino a Moctezuma. Después de pasar por este poblado, se continúa hasta llegar a Huásabas.
Al llegar, se debe avanzar hacia el mirador, desde donde se puede acceder al cañón. El recorrido tiene una duración aproximada de cuatro horas, pero la experiencia bien vale la pena.
Cabe destacar que la Cruz del Diablo es un destino que combina la belleza natural con la emoción de los deportes extremos, ofreciendo una experiencia única para quienes buscan aventuras y paisajes espectaculares en Sonora.