La temporada 2022-2023 fue histórica, por la baja demanda de agua; hay confianza en que este año cambie el panorama
Por: Édgar Coronado
Tomando como antecedente el alto registro de volumen de agua que dejó el mes de julio en las presas de la región, sumado a los pronósticos de precipitaciones para agosto y septiembre, hay confianza en que se logre alcanzar un ciclo agrícola sin restricciones.
Rafael Valdés Avilés, gerente de Operaciones del Distrito de Riego del Río Mayo (DRRM), mencionó que de momento los escurrimientos hacia el embalse Adolfo Ruiz Cortines (Mocúzari) han sido buenos, pero por ahora insuficientes para una programación del ciclo agrícola.
No obstante, indicó que hay certeza para que, previo al inicio de la nueva temporada de cultivos, se logre garantizar un ciclo sin restricciones, alcanzando un acumulado de, por lo menos, 750 millones de metros cúbicos, con lo que estaría garantizada la siembra total del campo.
Como punto a considerar, señaló, los últimos dos años han sido totalmente atípicos para el campo, primeramente, al recordar que la temporada 2022-2023 se distinguió por contar con presas totalmente llenas, lo que aportó a que el ciclo agrícola se desarrollara sin complicaciones.
Sin embargo, durante la siguiente temporada, correspondiente a la temporada 2023-2024, el escenario fue totalmente distinto, en el que se vivió el peor ciclo por acumulamiento de agua en los embalses y la necesidad de restringir la mayor parte de las siembras.
“El ciclo 2022-2023 fue histórico, por aportaciones con más de mil 100 millones de metros cúbicos captados, pero el siguiente fue histórico por tener la menor captación registrada, con lluvias escasas y un déficit importante”, añadió.