Ana Dolores, de origen Mayo, ayuda a mujeres maltratadas

Por: Eduardo Sánchez

Como un lugar pri­vilegiado, de purifica­ción y sanación a las personas, consideró Ana Dolores Vega Pa­dilla al Hospital Gene­ral de Navojoa, donde por más de 11 años ha trabajado ayudando a otras mu­jeres en situaciones difíciles.


"A mis compañeros de tra­bajo les diría que están en un lugar muy privilegiado porque es tocar el alma de las personas, el dolor y la vulnerabilidad, lo que ellos ven en nosotros es es­peranza, están en un lugar pri­vilegiado y donde pueden tener el don de sanar, mis compañeros son ángeles para los que vienen aquí a tocar la puerta", externó.

Vega Padilla es psicóloga con especialidad en Terapia Gestalt, labora en el programa de violen­cia familiar, y tiene un vínculo muy especial con las pacientes indígenas, pues ella proviene de una comunidad Mayo y es intérprete de su lengua.


"Me he topado con muchas personas en estos años, muchí­sima gente que veo que crece, que puede lograr reconstruir­se, vencer sus miedos, trabajar, aprender a protegerse, gracias a Dios de mucha satisfacción y muchas historias que contar; co­mo dice Enrique Clausen, todos mis compañeros y compañeras son ángeles de batas blancas", declaró.

La especialista aceptó que el emigrar de una comunidad indígena a la ciudad, para con­tinuar con sus estudios, fue algo complicado, pero el apoyo y mo­tivación de sus padres la impul­saron a ser la profesionista que es hoy en día.

Compartió que en su vida ha tenido momentos difíciles, pero que el tener fe le ha ayudado a seguir adelante, como cuando en su embarazo le detectaron Mola Parcial, ya que no le da­ban muchas esperanzas de que su hija se salvara; actualmente tiene 3 años.

"Mi hija es un milagro en toda la extensión de la palabra, otra de las cosas que Dios me concedió es que mi hija fuera sana, y es totalmente sana, no hay secuelas de su prematurez ni de la Mola" indicó.

Por último, mencionó seguirá poniendo todo su entusiasmo en ayudar a las mujeres maltrata­das que acudan a la Institución, debido a que le llena de mucho orgullo el poder apoyarlas, ayu­dar a sanarla y enlazar su vida en ser mamá y trabajadora de Salud Sonora.