Las costas de Sonora esconden paraísos naturales casi vírgenes, ideales para quienes buscan tranquilidad y aventura lejos del turismo masivo
Por: Jhoanna Ontiveros Peraza
Sonora, con sus más de mil 200 kilómetros de litoral frente al Mar de Cortés, alberga más de 100 playas que se extienden a lo largo de su territorio. Lugares como Puerto Peñasco, San Carlos y Bahía de Kino son referentes turísticos consolidados en el estado.
Sin embargo, existen otras playas menos conocidas que ofrecen paisajes espectaculares, riqueza ecológica y una experiencia más íntima con la naturaleza.
PLAYAS POCO CONOCIDAS EN SONORA
EL HIMALAYA
Esta es una playa poco concurrida por los sonorenses, se encuentra en el municipio de Guaymas y sorprende con su entorno recoso y su ambiente sereno.
Forma parte de la Reserva Especial de la Biosfera Cajón del Diablo y está compuesta por tres playas rodeadas de formaciones volcánicas. Su principal atractivo es la roca blanca conocida como Peña Blanca, hogar de cientos de gaviotas. Ideal para el buceo y el esnórquel.
¿Cómo llegar?
- Desde Guaymas, se toma la carretera federal 15 en dirección sur. Al llegar a la entrada señalizada, un camino de terracería conduce directamente hasta la playa.
EL DESEMBOQUE
Al oeste de Caborca se encuentra El Desemboque, un pequeño poblado de pescadores que ha logrado conservar su autenticidad. Las actividades más comunes son la pesca y las caminatas a lo largo de la costa, acompañadas de espectaculares atardeceres sobre el mar.
¿Cómo llegar?
- Desde Caborca, se toma la carretera estatal 37 rumbo a la costa. El trayecto dura aproximadamente dos horas hasta llegar al poblado.
PUNTA CHUECA
A solo 20 kilómetros de Bahía de Kino se localiza Punta Chueca, es uno de los pocos asentamientos de la etnia seri, quienes conservan sus tradiciones ancestrales. Frente a sus costas se encuentra la Isla Tiburón, la más grande de México y territorio sagrado para esta comunidad.
¿Cómo llegar?
- El acceso es posible por auto desde Bahía de Kino o mediante tours organizados que promueven un turismo responsable.
Estas playas representan solo una pequeña muestra del potencial turístico aún sin explotar en Sonora. Además de sus bellezas naturales, ofrecen una experiencia distinta: la oportunidad de reconectar con la naturaleza, la cultura y el silencio.