El joven desapareció en junio 2019; su padre forma un colectivo de búsqueda que ayuda a dar con otras personas en condición de su hijo
Por: Edel Osuna
El dolor, como el miedo, son motores que impelen a las personas a hacer cosas extraordinarias, como el caso de Eddy Carrillo, quien tras casi seis años de una búsqueda implacable de su hijo Erick, al parecer, podría encontrar paz.
Y es que hace la última semana de noviembre, en Tijuana, Baja California, fue encontrada una fosa clandestina con restos óseos humanos, los cuales podrían ser los del joven, quien se "esfumó" junto con Francisco Iván Rosales Ayala.
De acuerdo con la Fundación "Todos somos Erick Carrillo", estos podrían corresponder al joven cuyo nombre figura en el de la agrupación de búsqueda.
Entre los artículos encontrados en la fosa clandestina estaba una chamarra de piel en color café, una prenda que habría podría pertenecer a su hijo, pero la identificación no será sencilla, informó el padre del joven desaparecido.
Para determinar la identidad de los restos humanos, los análisis de ADN que realizó la Fiscalía General del Estado de Baja California serán determinantes para confirmar o descartar si es Erick.
"Estamos esperando los resultados de ciencias forenses para cerrar este capítulo. Queremos saber si parte de esos restos son de mi hijo", expuso Eddy Carrillo.
Desde el momento de la desaparición de su hijo Erick Carrilo, el padre de familia fundó y lideró el colectivo que lleva su nombre, agrupación que ha dado con cientos de desaparecidos y ahora podría haber encontrado su paz.
¿QUIÉN ES Y CÓMO DESAPARECIÓN ERICK CARRILLO?
Cuando desapareció el 1 de junio de 2019, Erick Carrillo contaba con 19 años de edad; fue "levantado" en el fraccionamiento El Dorado, asentamiento ubicado al este de Tijuana; desde ese momento, su padre lo ha buscado, convirtiéndose en referente en la lucha por los que no tienen voz en México.
Con "Todos somos Erick Carrillo", Eddy Carrillo ha recorrido kilómetros y más kilómetros, con los peligros que conllevan, dando voz a quienes enfrentan una situación similar.
Su ardua búsqueda ha rendido frutos para otras familias, a las que ha llevado paz con la localización de sus desaparecidos, además de crear redes de apoyo.
Ahora, sólo los resultados del ADN representan esperanza y paz, así como un doloroso cierre de un ciclo de seis años que por ahora están en compás de espera.