La pareja de mujeres, que son activistas profeminismo, estaba en contienda con el padre del niño de 5 años, quien pedía la custodia total del menor
Por: Edel Osuna
Abel Lucio Dupuy fue un nenito de 5 años, que a su corta edad encontró la muerte a manos de la mujer que lo trajo al mundo, quien junto con su novia, le arrancaron la vida de la manera más horrible: a golpes.
El crimen del pequeño ha conmocionado a toda la provincia de La Palma, en Argentina, ya que, según el forense que realizó la autopsia, en todos los años como legista jamás había visto algo semejante en una víctima.
De acuerdo con la autoridad, el pequeño fue llevado en brazos por la pareja, conformada por Magdalena Espósito Valiente, de 24 años, y su novia, Abigaíl Páez, de 27, a la Policía, donde el chico convulsionó y se desvaneció.
Debido a la seriedad del estado del menor, fueron derivadas a un Hospital Evita para que fuera atendido y durante el trayecto trataban de reanimarlo.
Cuando los médicos revisaron al pequeño, encontraron que presentaba sangrado por la boca, golpes y lesiones. Y aunque agotaron todos los recursos, Lucio no soportó y murió.
El dictamen de su fallecimiento fue a causa de una hemorragia interna, provocada por las agresiones, además de hematomas y sangrado por la boca, por lo que los doctores dieron vista a las autoridades.
La pareja se retiró a su departamento, ubicado en la calle Allan Kardec No. 2385, de la ciudad de Santa Rosa, en tanto la Policía efectuaba las diligencias, pero cuando el legista practicó la autopsia, el lamentable estado de Lucio empezó a aflorar:
El hermoso niño había sido víctima de una violencia sistemática que le dejó huellas de viejas lesiones que sanaron por sí solas y que dejaron asombrado al forense, quien declaró que en toda su carrera, y pese ha haber atendido casos de muertes infantiles, esta no tenía comparación, debido a lo brutal de las lesiones y al gran número de viejas cicatrices.
De inmediato las autoridades continuaron con las indagatorias y se descubrió que la madre del menor tenía una contienda con el padre del pequeño, Christian Dupuy, quien le estaba peleando la custodia.
Además contó diferentes versiones de lo que le ocurrió al pequeño Lucio, entre ellas un intento de robo.
Cuando el hombre se enteró de lo que le pasó a Lucio, se lamentó profundamente por lo ocurrido y, luego de su entierro, publicó un mensaje lleno de dolor en el que decía que le perdonara por no haber actuado a tiempo, aunque en realidad había acudido a las instancias judiciales y expuesto la violencia de que era objeto su hijo, pero estas fueron omisas.
Y es que Christian explicó que tenía prohibido acercarse al niño, y que cuando tenía una videollamada con él y le preguntaba cómo estaba, el chiquillo volteaba a ambos lados antes de responder.
Asimismo, la novia de la madre del niño se había enfrascado en una diatriba en redes con el padre del pequeño, y lo tildaba de muchas cosas, al grado de que la mamá del niño se involucrara y lo agrediera también.
Lo paradójico del asunto es que ambas don fervientes defensoras de la causa feminista y que en Argentina a todos los hombres los ven como violadores, como privilegiados del sistema heteropatriarcal, y ahora son acusadas de asesinar a Lucio.
Ahora, la madre y su novia están ante la autoridad como probables causantes de la muerte del pequeño, en tanto que el crimen deja un padre devastado y dolido, pues aunque sintió que no hizo nada, en realidad había peleado la custodia del pequeño, pues había expuesto a las autoridades argentinas la violencia y las agresiones de que su hijo era objeto a manos de las mujeres, pero éstas se lo negaron.