Javier lleva dos años bajo candado, viviendo entre la basura y su ropa se cae a pedazos; come solo cuando una vecina le puede dar un café y un pan
Por: Ofelia Fierros
Un hombre que padece de sus facultades mentales vive abandonado a su suerte y lleva dos años encerrado bajo candado, en una vivienda que es prácticamente un basurero, llena de roedores y entre sus heces fecales. Su cabello y sus uñas han crecido demasiado, su ropa luce desgarrada y se le cae a pedazos, luce desnutrido, pues solamente prueba alimento cuando una vecina le acerca una taza de café y un pan, pero no puede hacerlo todos los días.
El domicilio se encuentra en Las Choapas, Veracruz, y el individuo en estado de indigencia, que podría tener entre 40 y 50 años, fue abandonado por su padre hace dos años, quien lo encerró y se fue a vivir a casa de un familiar cuando falleció su esposa.
Las personas que lo conocen manifestaron que el hombre se llama Javier Silván y que al morir su madre, su padre, don Plutarco, un veterano que recitaba poemas y cantaba, lo abandonó y se fue a vivir con un familiar y nunca volvió, por lo que desconoces si todavía vive.
La casa luce una apariencia tenebrosa, con un candado en la puerta, llena de basura, animales, desechos fecales, sin muebles, por lo que Javier solo espera el día de su muerte, ya que evidencia serios problemas de desnutrición. Su cuerpo lleno de moscas denota el deplorable estado de insalubridad en el que se encuentra.
Su vecina explicó que cuando ella puede le lleva de comer, aunque no lo hace todos los días, pero procura hacerlo cuando menos cada tercer día. Afirmó que si no fuera por ella y su hijo, Javier ya hubiera muerto de hambre.
"Lo dejaron ahí para morir, le metieron candado a las puertas y no volvieron a regresar a verlo. Él ahí sufre frío, calor, hambre, es una persona que está enferma mental, pero no es para que lo tengan en esas condiciones", planteó también una joven mujer que diario pasa por esa calle.
Aseguraron que el único que se encargaba de él era su hermano Pablo Ramón, a quien apodaban "El Chido", pero fue encontrado sin vida dentro de un pozo. "Él era el único que se encargaba de Javier, pese a que también tenía problemas de salud mental, le daba comida, pero tras su muerte nadie volvió a hacerse cargo de él y prefirieron ponerlo bajo candado y abandonarlo", manifestaron los vecinos. Sin embargo, dijeron, "su propio hermano lo maltrataba físicamente y era sometido a otro tipo de agresión más dolorosa, sin importarle que eran de la misma sangre".
Según información del medio informativo "Presencia", se comunicaron con el director del DIF Municipal, Osmar René Sevilla Aragón para exponerle el caso y les respondió que realizarían una inspección para rescatar al hombre, aunque aclaró que en estos momentos no tienen a dónde llevarlo, pero que por lo pronto lo trasladarían a un hospital para ser atendido y buscarían la forma de encontrar a su familia para que se responsabilicen de su atención.