Siempre es muy importante esterilizar a las mascotas antes de que entren en celo, pero, si por accidente quedó preñada, hay factores a considerar
Por: Ofelia Fierros
Ante la posibilidad de que tu gata se haya escapado durante la etapa de celo y haya quedado preñada, tal vez te haga analizar qué tan viable sea esterilizarla, aun estando en estado de gestación, pero, ¿es posible hacerlo?
¿SE PUEDE ESTERILIZAR UNA GATA PREÑADA?
Primero que nada, lo ideal es operar a las gatas hacia los cinco meses de edad, antes de que entren en celo, para así evitar que queden preñadas.
Sin embargo, si tu michi se escapó durante el celo, primero tienes que verificar sus signos paras saber si está embarazada.Esto es posible llevando a la gata con un veterinario y mediante una muestra de sangre se sabrá si está o no preñada.
Si los resultados resultan positivos y tu gata está embarazada, SÍ es posible esterilizarla; sin embargo, hay factores que debes considerar antes de hacerlo.
ESTAS SON ALGUNAS CONSIDERACIONES IMPORTANTES ANTES DE ESTERILIZAR A UNA GATA PREÑADA:
En esta situación, es importante considerar la seguridad y el tiempo óptimo para realizar este procedimiento; además de los siguientes factores:
- Posibilidad de esterilización: Es crucial comprender que este procedimiento implicará la eliminación de los embriones o fetos en desarrollo. Tras la esterilización, la gata dejará de ser fértil y no podrá concebir más crías.
- Momento óptimo para la esterilización: Se recomienda actuar lo antes posible. El embarazo de una gata dura aproximadamente dos meses, y mientras más temprano se realice la esterilización, mejores serán las probabilidades de éxito.
- Límite de semanas para la esterilización: El momento preciso para esterilizar una gata preñada varía según cada caso y el criterio del veterinario. Algunos profesionales realizan la esterilización hasta las 4 ó 5 semanas de gestación, mientras que otros pueden considerar procedimientos en etapas más avanzadas.
- Riesgos involucrados: Esterilizar una gata gestante implica mayores riesgos que en un estado no preñado, ya que el tamaño de los vasos sanguíneos aumenta durante el embarazo, lo que dificulta la cirugía y puede generar complicaciones.
Además, este procedimiento puede ser más costoso y llevar más tiempo en el quirófano.
En todos los casos, se recomienda consultar con un veterinario para evaluar el mejor curso de acción, éste podrá brindar orientación específica según las circunstancias individuales de la gata y tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar.