Aseguró que las familias, escuelas y comunidades ya tienen protocolos para saber qué hacer en medio de un enfrentamiento
Por: César Leyva
Desde la Sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua, el sacerdote Enrique Urzúa Romero, de la Diócesis de Tarahumara, alzó la voz en una homilía convertida en carta pública dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Maru Campos.
La misiva también lleva como destinatarios a los grupos armados que operan en la región, así como a la sociedad en general ante la grave situación de violencia que azota a as comunidades serranas.
El portal DesdeLaFe.mx transcribió el texto que fue pronunciado el pasado 18 de mayo durante una misa, tres días después de que una balacera interrumpiera las festividades del Día del Maestro y de San Isidro Labrador en el pueblo, generando terror e incertidumbre entre los habitantes.
"Vivimos en una comunidad donde las familias, maestros, comunidades religiosas ya tenemos protocolos a seguir cuando estemos en medio de un enfrentamiento", expresó el sacerdote. "El temor que veo en mi gente, sus lágrimas, las lágrimas de los padres, esposas, hermanos que han sepultado a un ser querido... me obliga a hablar una vez más".
NO MÁS MUERTE, NO MÁS DOLOR, PIDE
El padre Urzúa denunció que, a pesar de los hechos violentos recientes, las autoridades han minimizado la situación. "Desde el gobierno se ha dicho: ´no tengan miedo, solo son balas al aire´. La gente me dice: ´hay que decirles la verdad´".
En su mensaje, también hizo un llamado directo a quienes integran los grupos armados: "Tengan la valentía no de disparar un arma, tengan la valentía de dejarla... no más muerte, no más dolor".
El presbítero pidió una presencia efectiva y permanente de las fuerzas de seguridad que realmente garantice la paz. Además, advirtió sobre el impacto emocional que esta violencia tiene en la niñez: "Hay lenguaje violento en nuestros niños, hay desesperanza... van imaginando el mundo en el que ellos están viviendo".
La carta del padre Urzúa es un grito de auxilio, pero también un llamado cristiano al amor, a la reconciliación y a la responsabilidad común: "¡Amémonos los unos a los otros!"