¿Sabes de dónde viene el término "teporocho"? Aquí te lo cuento

Los mexicanismos son el grupo de voces, locuciones, expresiones y significados que distinguen el idioma de México en todos sus niveles

Por: Brayam Chávez

"Pareces teporocho", "ahí va un teporochito", "vámonos de teporochos", son frases que probablemente has oído en el lenguaje popular, pero debes tener en cuenta que solo en nuestro país nos parecen tan conocidas.

EL SIGNIFICADO OFICIAL

"Teporocho" es un término mexicano que no figura en el Diccionario de español. Sin embargo, la Academia Mexicana de la Lengua (AML) lo caracteriza como "alcohólico indigente" y apoya su utilización para aludir a individuos cuya ebriedad se manifiesta en un lugar público.

Los mexicanismos representan el grupo de voces, locuciones, expresiones y significados que distinguen el idioma de México en todos sus niveles, popular, culto e interculto, en contraposición al idioma de otras naciones.

En resumen, la doctora Concepción Company Company los define de esta manera en el nuevo Diccionario de mexicanismos. Propios y compartidos, escrito hace dos años por la editorial Planeta.

EL ORIGEN DE LA PALABRA EN EL SIGLO XX

A pesar de que la etimología del término "teporocho" es incierta debido a su carácter popular, una interpretación de su origen sugiere que probablemente se originó en las calles de México durante el siglo XX.

Según la AML, todo se originó con el hábito de consumir infusiones de hojas de naranjo o canela. Se reporta que las bebidas se comercializaban en establecimientos de calle en la Ciudad de México y su costo era de cinco centavos.

Las infusiones ganaron mayor importancia cuando los comerciantes empezaron a elaborar la bebida para adultos al combinar las infusiones con alcohol. Naturalmente, el té "con piquete" tenía un precio más alto; costaba ocho centavos.

Muchas personas se congregaban fuera de los establecimientos o viviendas para disfrutar de su preparado. De esta anécdota surge la interpretación de la voz "teporocho", que vincula las palabras con las que los clientes solicitaban un "té por ocho".

La palabra es tan utilizada en México que incluso existe una película con su título incorporado: "Chin Chin el teporocho" (1976), uno de los trabajos cinematográficos más famosos de Gabriel Retes.