La dependencia compartió información crucial para que los ciudadanos tomen decisiones informadas al realizar sus compras
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
El jamón, un producto omnipresente en los hogares mexicanos debido a su versatilidad, costo accesible y valor nutricional, ha sido objeto de atención por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
En la Revista del Consumidor #522, la dependencia compartió información crucial para que los ciudadanos tomen decisiones informadas al realizar sus compras, revelando las marcas que no contienen soya.
ANÁLISIS
En el actual panorama del mercado, existen diversas variedades de jamón, diferenciables por sus características, como los porcentajes de proteína libre de grasa, agua, grasa, soya y fécula. Algunas marcas recurren a estos últimos dos ingredientes con el fin de reducir los costos de producción, pero no todas lo hacen.
Específicamente, se destaca el jamón extra fino, el cual, según las Normas Oficiales Mexicanas (NOM), no debe contener ni soya ni fécula para llevar esta denominación. Sin embargo, la Profeco ha revelado que hay marcas que no cumplen con este requisito.
SIN SOYA
Con el propósito de brindar a la ciudadanía la información necesaria para tomar decisiones conscientes al adquirir jamón, la Profeco ha compartido las marcas que no contienen soya. Estas son:
- PARMA Sabori: Jamón de pierna extrafino.
- Peñaranda: Jamón a las finas hierbas, jamón horneado sin sal añadida, jamón tipo York.
- Zwan Premium Bienestar: Jamón de pierna.
ETIQUETADO
Para garantizar que los consumidores estén al tanto de lo que están adquiriendo, la Profeco recomienda verificar en el etiquetado que la marca de jamón esté libre de soya, así como de gluten o leche, ya que estos ingredientes se consideran alérgenos.
Además, es importante destacar que, entre las marcas, el contenido de carbohidratos que proporcionan es distinto pues depende de la cantidad de fécula y otros ingredientes como azúcares, almidón y almidón modificado.
Este último es un aditivo ampliamente utilizado en la industria de alimentos ya que, a diferencia del primero, ha sido sometido a procedimientos físicos, químicos o enzimáticos con el objetivo de mejorar sus propiedades funcionales para usarse como estabilizante, espesante, entre otras.