Moisés Lara Serafín es desde hoy el nuevo beato mexicano

En la misa de beatificación celebrada en la Basílica de Guadalupe se le recordó como un hombre de profunda oración y ejemplo para quienes sufren

Por: César Omar Leyva

En una misa celebrada en la Basílica de Guadalupe y presidia por el Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, este sábado fue beatificado el sacerdote mexicano Moisés Lara Serafín.

El rito de beatificación inició con la petición del arzobispo Primado de México, cardenal Carlos Aguiar Retes, al Papa Francisco, de conceder la beatificación al siervo de Dios Moisés Lara Serafín de los Misioneros del Espíritu Santo y fundador de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada.

 “Eminencia Reverendísima, como Arzobispo Primado de México, a nombre de todos los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, de la Familia de la Cruz y de la Iglesia que peregrina en esta Arquidiócesis, pido humildemente a Su Santidad, el Papa Francisco, que se digne inscribir en el número de los beatos al venerable siervo de Dios Moisés Lira Serafín”, dijo el cardenal Aguiar.

Después, el padre David Padrón Delgado, postulador de la Causa de Canonización, leyó la reseña bibliográfica del padre Moisés, resaltando que fue uno de los amantes del silencio y de la contemplación, además de su profundo amor a Dios que se tradujo en una vida religiosa ejemplar.

En la ceremonia se resaltó la especial devoción que tenía el nuevo Beato por la Virgen María. Además, se le recordó como un hombre de oración intensa que destacaba por su obediencia, alegría, humildad y sencillez, así como un gran sentido de fraternidad comunitaria.

SERÁ CELEBRADO EL 25 DE JUNIO

El cardenal Marcello Semeraro leyó en latín la Carta Apostólica con la que el Papa Francisco aceptó inscribir en el número de los beatos al siervo de Dios Moisés Lira Serafín, la cual fue traducida por el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López.

“Nosotros, acogiendo los deseos de nuestro hermano Carlos Cardenal Aguiar Retes, arzobispo de la Metrópolis Mexicana, y de muchos otros hermanos del Episcopado, así como de muchos fieles cristianos, después de haber considerado el parecer de la Congregación para las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable siervo de Dios, Moisés Lira Serafín, presbítero profeso de los Misioneros del Espíritu Santo, fundador de la Congregación de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada. Pastor humilde según el corazón de Cristo, quien, unido totalmente a la Divina Providencia, fue testigo verdadero de la caridad evangélica, de ahora en adelante sea llamado beato y se pueda celebrar cada año su festividad del 25 de junio, día en que nació para el cielo, en los lugares y según los modos establecidos por el derecho. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.

UN EJEMPLO PARA QUIENES SUFRIERON EN LA INFANCIA

En su homilía, el cardenal Semeraro se refirió al beato Moisés Lira como un hombre que supo reproducir en sí mismo la imagen de Cristo, manso y humilde.

“Nuestro beato, cuando hablaba sobre Dios, lo hacía como un verdadero hijo, y cuando hablaba de Dios, se refería a Él como un verdadero Padre, haciéndolo con una ternura que impresionaba”. 

El cardenal lo presentó también como un modelo para aquellas personas que han tenido una infancia y una juventud afectivamente pobres.

“Los testimonios decían de él que le encantaba hacer feliz a todo el mundo, y era evidente que su alegría brotaba de su interior, por su relación estable con Dios”, dijo el responsable del Dicasterio de la Causa de los Santos.

REALIZAN HOMENAJE A LA VIRGEN DE GUADALUPE

El cardenal Semeraro agradeció al Papa Francisco el haberlo enviado como delegado especial para esta beatificación en la Basílica de la Virgen de Guadalupe, a quien honró con las propias palabras del Pontífice:

“Dijo en una ocasión: ‘vivimos un tiempo lleno de fragmentos de guerra, de injusticia, de hambre, de pobreza y de sufrimiento’. Agregó, ‘sin embargo, la fe, el amor y la condescendencia divina no enseñan que también éste es un tiempo propicio de salvación en el que el Señor, por medio de la Virgen de Guadalupe, nos sigue dando a su Hijo, que nos llama a ser hermanos, a dejar de lado el egoísmo, la indiferencia y a ser buenos amigos”.