Por: Eduardo Sánchez
En México es grave la muerte de personal médico por Covid-19, y supera a Estados Unidos y Brasil, los más afectados por la pandemia en el continente Americano
Fuera de casa, la primera línea de combate en contra del coronavirus la constituyen médicos, enfermeras, personal de limpieza y de farmacia.
Y entre las poco más de 52 mil muertes, hasta este sábado, derivadas de la pandemia por Covid-19 en México, poco más de 978 corresponden a personal de salud, algunos con enfermedades preexistentes.
A inicios de marzo, poco después de que fuera detectado el primer caso del virus SARS-CoV-2, el temor se apoderó de la población e hizo presa de su miedo a médicos y enfermeras.
Fueron objeto de agresiones, eran repudiados, golpeados, no los querían cerca y hasta rociados con café caliente y cloro, por temor al contagio.
Pese a todo ello, hombres y mujeres de blanco se enfrentaban al mismo enemigo microscópico que estaba arrebatando miles de vidas alrededor del mundo.
Sin embargo, la carencia de recursos para hacer frente a la pandemia fueron “el pan nuestro de cada día”.
Entre los artículos que desesperadamente demandaban estaban mascarillas, guantes y desinfectantes, pero la respuesta de las autoridades médicas de cada hospital era “no tengo”.
Ante la negativa, médicos y enfermeras, así como el resto del personal, se vieron en la necesidad de comprarlo con sus propios recursos, pero no muchos eran de calidad.
Y esa escasez les empezó a pasar la factura, pues muchos de los que ya atendían casos empezaron a contagiarse.
Algunos comenzaron a aislarse y otros sucumbieron ante el letal virus, que empezó a pegar duro en la primera línea de batalla, a grado tal, que debido a las bajas y ausencias, se tuvo que contratar a médicos cubanos.
Para enfrentar la pandemia, aseguran, faltó planeación, a fin de que los trabajadores de la salud contaran con insumos para protegerse de los contagios.
Actualmente, todo el personal de salud de México supera en riesgo de muerte por coronavirus al de Estados Unidos y Brasil, los países de América más afectados por el mal.
Además, de acuerdo con la Asociación de Médicos y Enfermeras Nacional (Amyen) y el Consejo Internacional de Enfermeras, radicado en Suecia, los números en México el 19% de los trabajadores de la salud ha sido contagiado, aproximadamente el triple que la media global.
De acuerdo con epidemiólogos que hicieron frente en el 2009, al virus de la influenza H1N1, en México ha sido grave la afectación de médicos y enfermeras.
Así, muchos sin conocer plenamente a lo que se enfrentaban, decidieron entrarle, porque “rajarse” no era opción.
Pese a que inicio Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud federal, reconoció que muchos centros de salud no contaban con equipo, con todo y carencias; protestas y necesidades, médicos y enfermeras, así como personal de intendencia y farmacia, siguen al frente, con jornadas extenuantes, sin dar marcha atrás.
Saben que la población los necesita y hoy, más que nunca, han estado al pie del cañón víctimas del virus y de la incomprensión de muchos de los que pierden un familiar en una batalla que tanbién ha matado a los héroes de blanco.
Porque entre ellos mismos se dan ánimo y se repiten, pese a todo, que no pueden decir ya no puedo, ya no quiero, “porque para eso estudiamos”.