En México, la clase alta encuentra mayores comodidades en algunos estados específicos; aquí te decimos cuáles son
Por: Jhoanna Ontiveros Peraza
En México, la estratificación social basada en factores como el poder adquisitivo y la ocupación ha generado seis clases sociales, destacando la clase alta como una de las más exclusivas y limitadas, ocupando solo el 1 por ciento de la población. Un análisis revela que algunas entidades en el país se destacan por concentrar una mayor proporción de hogares clasificados dentro de esta élite económica.
¿CUÁLES SON LOS ESTADOS CON MÁS FAMILIAS DE CLASE ALTA EN MÉXICO?
Según datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la Ciudad de México encabeza la lista con un impresionante 3.1 por ciento de las familias del país categorizadas como de clase alta. La capital mexicana no solo destaca por su riqueza histórica y cultural, sino también por albergar una parte significativa de la élite económica.
En segundo lugar, se encuentra Nuevo León, contribuyendo con un sólido 2.8 por ciento de las familias de clase alta en México. La pujante actividad industrial y económica en el estado norteño lo posiciona como un polo de desarrollo y prosperidad.
Colima, que se encuentra en tercer lugar, siendo un estado con una presencia relativamente menor en términos de territorio, sorprende al ubicarse en tercer lugar, aportando un considerable 2.65 por ciento de las familias de clase alta. Este fenómeno podría relacionarse con factores económicos y culturales específicos de la región.
Otros estados que figuran en la lista de concentración de clase alta incluyen Querétaro con un 2.4 por ciento, Yucatán con un 2.3 por ciento, Baja California Sur con un 1.7 por ciento, Sonora con un 1.6 por ciento, Quintana Roo con un 1.6 por ciento y, por último, Guanajuato con un 1.2 por ciento.
Cada uno de estos estados ofrece un panorama único que contribuye a la diversidad de la distribución de la riqueza en México.
Este análisis resalta la compleja realidad social y económica del país, enfatizando las notables diferencias en la distribución de la clase alta. A su vez, subraya la importancia de implementar políticas públicas que busquen equilibrar estas disparidades y promover una sociedad más equitativa.