Por: Eduardo Sánchez
¿Entonces, cómo pretenden cerrar las compuertas de los canales para cobrarse a lo chino el agua que se le entrega a Oomapasc para consumo de los cajemenses?
Además, como que hace falta mayor colaboración porque el agua tratada de una parte de la ciudad sí es usada y la otra es tirada a los drenes agrícolas para que se contamine de nuevo en las zonas donde no hay limpieza de los residuos agrícolas, industriales o domésticos.
Ojalá y Miguel Anzaldo Olea, flamante Presidente de la Sociedad de Usuarios, sea diferente.
INDÍGENAS: CAMBIO DE NIVEL
Sale al ruedo la empalmense legisladora Rosa María Mancha Ornelas para presentar una iniciativa tendiente a reformar el artículo primero de la Constitución Política del Estado de Sonora, de tal manera que los indígenas sean reconocidos como sujetos a derechos públicos.
Ese escalón que hace falta subir para que las etnias puedan administrar recursos públicos, ser fiscalizados por las instituciones respectivas del Estado, así como contraer derecho y obligaciones en otras instituciones de gobierno y con particulares, ya sea personas físicas o morales, será un gran paso para Sonora.
Los que de este tema saben un resto afirman que es un proyecto que no solo permite avanzar en el reconocimiento constitucional de los derechos autonómicos, sino que los hace viables y aplicables.
Y es que este año, por ejemplo, el organismo estatal dedicado a atender a los pueblos indígenas, la Comisión encabezada por José Antonio Cruz, ejerce un presupuesto de 23 millones de pesos, es decir 32 millones menos que el año 2013 sin aplicar inflación acumulada.
En 2010 se destinaron a esa institución, 52 millones de pesos y para 2011 fueron 51 millones.
En 2012 se repitieron los 51 millones y en 2013 subió a 55 millones, pero ya para 2014 el bajón llegó a 31 millones, al igual que en 2015.
En 2016 se trabajó con 36 millones y para 2017 se llegó a 40 millones, en tanto que en 2018 el presupuesto fue de 25 millones.
Eso significa que con los pueblos originarios las cosas marchan como el cangrejo, hacia atrás, y todavía dicen que son “los chipilones”.
VIENTOS POCO FAVORABLES
Comentan los sesudos analistas del café que el barco anda un poco ladeado ya de tanta agua que le está entrando.
Y cuando se les piden pruebas, se remiten a una reciente junta de Morena en la que varios “delegados” de la nave de Sergio Pablo Mariscal Alvarado pidieron la expulsión de un morenista crítico de la administración municipal.
Fue entonces cuando los integrantes de ese partido se unieron, pero no para aprobar la iniciativa, como lo hacen los mansos regidores en el Cabildo, sino para pedir que fuera desechada porque finalmente a nadie se le puede expulsar de un partido solamente porque ejerce su derecho a la libre expresión.
Los militantes dicen que su partido no debe tener etiquetas ni apellidos ni bajar las banderas a favor de intereses externos.
¿Pues de qué lado entonces está soplando el viento?
FALLECE UN GRANDE
Un paréntesis luctuoso para recordar al arquitecto Gustavo Aguilar Beltrán, quien como funcionario público fue ejemplo de honradez, pero sobre todo de humildad.
Desde su tarea como profesionista fue el artífice de muchas obras de Hermosillo y otras ciudades de Sonora, pero jamás perdió piso y siempre atendió a quienes acudíamos a entrevistarlo pero jamás le escuchamos enfadado ni pedía a sus guaruras que nos hicieran a un lado.
Ojalá otros servidores públicos tomen ese ejemplo para recordar a alguien que ayer dejó de existir en la capital del Estado, pero que en enero de 2018 el Grupo Salinas lo condecoró como “Ciudadano del Año” por la planeación urbana de Hermosillo.
Descanse en paz.