Las familias preparan altares, conocidos como altares para "angelitos", adornados con elementos que simbolizan la inocencia y la luz de los niños
Por: Jhoanna Ontiveros Peraza
En México, el Día de Muertos es una celebración que trasciende lo efímero de la vida y permite a las familias honrar a sus seres queridos que han partido. Este ritual, profundamente arraigado en la cultura mexicana, no solo se enfoca en recordar a aquellos que vivieron largas vidas, sino también a los bebés no nacidos y a los niños que fallecieron a corta edad.
El 31 de octubre es un día reservado para recordar a los bebés no nacidos y a los niños que no fueron bautizados. Este momento es particularmente emotivo, ya que se cree que estas almas, en su pureza, aún no han sido condenadas. El 1 de noviembre, conocido como el Día de Todos los Santos, se dedica a los niños que, a pesar de su corta vida, dejaron una huella imborrable en quienes los amaron.
Las familias preparan altares, conocidos como altares para "angelitos", adornados con elementos que simbolizan la inocencia y la luz que estos pequeños trajeron a sus vidas.
¿CÓMO CREAR UN ALTAR SIGNIFICATIVO?
Preparar un altar en honor a un bebé no nacido o a un niño fallecido es un acto de amor y respeto.
Estos son algunos de los elementos que se pueden incluir:
- Comida: Alimentos simbólicos como leche o papillas, que evocan el cuidado y el amor maternal.
- Dulce de calabaza: Este postre representa la alegría que el niño trajo, aunque su paso por este mundo fue breve.
- Frutas frescas: Como guayabas o manzanas, que simbolizan la continuidad de la vida.
- Agua: Un elemento que representa la pureza, calmando la sed del alma en su regreso.
- Caramelos: Un detalle dulce que recuerda la inocencia infantil.
- Leche: Simboliza el amor incondicional y el vínculo maternal.
- Velas blancas: Que guían a las almas hacia el altar, representando la luz que trajeron a sus familias.
- Flores blancas: Especialmente elegidas por su simbolismo de pureza e inocencia.
¿QUÉ DÍA SE COLOCA EL ALTAR PARA BEBES NO NACIDOS Y NIÑOS FALLECIDOS?
Aunque el 1 y 2 de noviembre son los días más emblemáticos para el Día de Muertos, las ofrendas pueden comenzar a montarse desde el 28 de octubre. Este día está dedicado a quienes han partido en circunstancias trágicas, mientras que el 30 y 31 se centran en la memoria de los niños fallecidos sin bautizar.
El Día de Muertos es, en esencia, una oportunidad para mantener viva la memoria de aquellos que hemos perdido. Al crear un altar para un bebé no nacido o un niño fallecido, las familias no solo rinden homenaje a su breve existencia, sino que también crean un espacio de amor y reflexión, donde los recuerdos se entrelazan con la espiritualidad. Así, aunque físicamente ausentes, estos pequeños siguen presentes en la vida y el hogar de sus seres queridos, recordándolos siempre con cariño y respeto.