Por: Eduardo Sánchez
“Era supuestamente para ayudar, pero nunca hicieron nada por ayudar, hicieron negocios, compraron terrenos y derrocharon recursos, no se benefició en nada. Todos estos inventos carísimos nos están costando trabajo y también recursos porque había contratos establecidos que tenemos que ir finiquitando poco a poco”, dijo.
“Sí, totalmente”, respondió.
Ayer por la mañana, la vocería de la Presidencia precisó que la decisión implica la desaparición de las Zonas Económicas Especiales “como concepto”, ya que el nuevo Gobierno decidió realizar proyectos económicos de desarrollo regional.
Todo el proceso administrativo de las ZEE, detalló, y la autoridad que se había nombrado ya no tendrán continuidad.
La vocería explicó que, ahora, se desarrollaron proyectos como la zona franca en la frontera norte, el corredor de desarrollo en el Istmo y la construcción del Tren Maya.
“No hay un decreto, pero no se están retomando como parte del proyecto económico”, agregó.
“Su objetivo es democratizar la productividad, a nivel regional, para que sus habitantes tengan las mismas posibilidades de desarrollo y bienestar que los del resto del país”, refiere.
Sin embargo, las ZEE no fueron sólo un proyecto sexenal, sino que fueron llevadas a la Ley.
En junio de 2016 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales, así como su reglamento y el decreto que dio creación a la Autoridad Federal para ese proyecto.
En septiembre de 2017 se publicaron los decretos de declaratoria de las ZEE de Puerto Chiapas, Chiapas; Coatzacoalcos, Veracruz, y Lázaro Cárdenas-La Unión, compartida entre Michoacán y Guerrero.
Con estas disposiciones, aún vigentes, la autoridad está facultada para emitir disposiciones que regulen el otorgamiento de permisos, asignaciones y autorizaciones a los Administradores Integrales y a los inversionistas.