De Guatemala a Guatepior con Napito

Por: Redacción

¿De dónde le nació a Napoleón Gómez Urrutia la urgencia de crear una nueva organización obrera en el país?

¿Ya tienen ganas de mandar a la historia a la otrora poderosa Confederación de Trabajadores de México (CTM)?

Lo cierto es que ni la hoy CTM ni la nueva central que ha sido anunciada representan una esperanza para los trabajadores mexicanos para mejorar sus condiciones de vida.

En una cosa sí estamos de acuerdo con el dirigente minero: en el país existe un vacío en el sindicalismo.

Pero se debe precisamente a que dirigentes como él por años han utilizado a los obreros para disfrazar sus intereses económicos personales y se han enriquecido a costillas del salario mínimo de millones de personas.

Entre los cetemistas y entre los mineros dirigidos por Gómez Urrutia se han visto por años medidas alejadas de la democracia y con mucho autoritarismo que lo último que expresan es la necesidad de mejorar las condiciones de los obreros.

En complicidad con los malos empresarios, han torcido las leyes laborales hacia donde sus inte­reses políticos y financieros lo han necesitado, de modo que no puede venir ahora el dirigente minero a decir que tiene la calidad moral como para encabezar un movimiento como el que ha anunciado.

Quizá en los primeros momentos pueda captar a todos aquellos inconformes con el trato recibido en la CTM u otras organizaciones obreras que forman parte ya del parque jurásico de la política mexicana.

Pero en la medida en que se vayan abriendo de capa y muestren el cobre, estos nuevos lide­razgos mesiánicos serán también rechazados, pues no puede el trabajador, menos los mineros, olvidar la gran cantidad de dinero que ese tipo de líderes se embolsó y con lo cual se pudo dar la vida de magnate en Canadá, en donde se autoexilió.

Y me pongo el huarache antes de espinarme. Gómez Urrutia ya dijo: “Algunos de los que han criticado este esfuerzo (creación de CIT) son pro­ducto de la ignorancia, de los intereses creados, que preferían que el charrismo sindical siga, que siga el chantaje y la represión porque es lo que les ha dado una serie de privilegios”.

Quizá al escuchar este demagógico discurso, muchos voltearon la cara para no ver la mordida de labios que se dio el dirigente.

Sinceramente, los trabajadores mexicanos se merecen mejor suerte.

Si necesitan cambiar sus liderazgos. Si ne­cesitan ser más libres. Si necesitan mejorar su calidad de vida, pero no a cualquier costo.

Salir de Guatemala para ir a Guatepior, no debe ser el destino de todos aquellos que cada mañana salen de sus hogares para ganarse el pan de cada día en la fábrica, en las minas o en otro tipo de empresas.

México y sus obreros requieren desarrollo, no el liderazgo de un junior ambicioso y corrupto.

Para comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx