Cuenca deforestada y cambio climático

Por: Redacción

A propósito de lo que un diputado federal vino a decirle a los sonorenses, que la cuenca del río Yaqui (y la del Mayo y la del Sonora, le agregaríamos), hay por ahí estadísticas sobre lo que ha dejado al mundo la mano del hombre: más devastaciones y muertes.

Tan solo en 2018, un total de 10,373 personas fallecieron en desastres naturales en el mundo.

Quizá a muchos pudiera parecerles una cifra relativamente baja por la ausencia de grandes catástrofes, pero Naciones Unidas ya ha emitido una alerta en torno al cambio climático y fenó­menos como El Niño, sobre todo en países como México.

Según las fuentes, la ONU en su plan global de ayuda humanitaria dio a conocer que existe un 80% de probabilidades de que se produzca un fenómeno de El Niño que podría afectar con inundaciones, sequías y tormentas tropicales a veinticinco países.

“No proyectamos que tendrá el mismo im­pacto que El Niño de 2016, pero será un evento (climático) significativo y nos estamos preparan­do para afrontarlo”, reveló el secretario general para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock.

Según los expertos, este año en las zonas donde llueve, lloverá menos. Y en las zonas en las que no suele haber precipitaciones, se multiplica­rán.

Ese es el panorama previsto ante un Niño que tiene entre el 75 y el 80 por ciento de posibilida­des de generarse en breve y la probabilidad de que se alargue al menos hasta a abril es del 60 por ciento, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Para la ONU, debe seguir como prioridad la lu­cha contra el cambio climático ya que es la causa de sequías, inundaciones y tormentas.

“Se agota el tiempo para limitar el calenta­miento global a 1.5 ó 2 grados y tenemos que ser igualmente activos en labores de adaptación”, ha dicho Mami Mizutori, Secretario General de la OMM.

En Latinoamérica, el peor desastre natural del año pasado fue la erupción del volcán de Fue­go en Guatemala en junio, con 425 muertos, y Latinoamérica podría sufrir en 2019 el impacto del fenómeno meteorológico El Niño, que podría llevar tiempo extremo a sus costas.

El documento presentado dice que Centroamé­rica fue en 2018 una de las regiones más golpea­das por las sequías, que afectaron a 2.5 millones de personas y contribuyeron al aumento de la migración en países como Guatemala, Honduras, El Salvador o Nicaragua.

El peor año de desastres naturales en lo que va de siglo fue 2010, cuando sucesos como el terremoto en Haití, la ola de calor en Rusia o la sequía en Somalia causaron más de 297, 000 muertos.

Bueno. Esas estadísticas no deben ser tomadas como algo lejano. La cuenca del río Yaqui desde hace rato que ha sido deforestada.

De muchas zonas hemos conocido quejas en el sentido de que hay una enorme tala de árboles de mezquite para hacer carbón y todo con la com­placencia de las autoridades, aunque a su favor podríamos abonar que muchas veces ni cuenta se dan porque tienen pocos inspectores para todo el territorio sonorense.

Aquí la responsabilidad mayúscula recae en la población que no se atreve a denunciar a aquellos ambiciosos taladores de la riqueza de la flora sonorense.

¿Vamos a esperar a que las grandes catástrofes climáticas golpeen a Sonora para reaccionar?
Ojalá no sea demasiado tarde.

Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx