Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, destacó la urgencia de construir alternativas reales para la paz en el país
Por: César Leyva
Con el objetivo de encontrar nuevas vías para combatir la violencia en México, más de 70 sacerdotes y laicos participaron ayer y hoy en un taller especializado que busca brindarles herramientas de negociación y diálogo con miembros del crimen organizado.
El evento, titulado "Taller para el fortalecimiento de capacidades de negociación en sacerdotes y agentes", se realizó en la Universidad Pontificia de México. Participaron líderes religiosos y agentes pastorales de estados afectados por la violencia como Guerrero, Jalisco y Michoacán.
LA VIOLENCIA YA NO ES UN HECHO AISLADO
Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, destacó la urgencia de construir alternativas reales para la paz en el país. En entrevista con Joaquín López-Dóriga, el prelado subrayó que la violencia ya no puede verse como un hecho pasajero o aislado.
"Estamos tratando de entrenarlos y capacitarlos para poder tener alternativas de un modelo de diálogo que nos acerque a nosotros quienes queremos construir la paz y a quienes generan la violencia", expresó.
MODELOS DE ACERCAMIENTO SIN CAER EN LA CONFRONTACIÓN
El curso también buscó fomentar esquemas de colaboración entre autoridades civiles de todos los niveles, organizaciones religiosas y sociedad civil.
Garfias insistió en que solo a través del trabajo conjunto se podrá abrir camino a un verdadero cambio, "Mientras no nos sentemos con la presidenta, con la Secretaría de Gobernación, a nivel nacional, estatal y municipal, no será posible encontrar alternativas frente al crimen organizado", recalcó.
Organizado por el Instituto para la Paz, Diálogo Nacional por la Paz, la Comisión Episcopal de Pastoral Social, la Dimensión Fe y Compromiso Social, el Centro Lindavista y la Universidad Pontificia de México, el taller busca generar modelos de acercamiento sin caer en la confrontación.
"El llamado es a encontrar esquemas de diálogo que nos permitan dejar las descalificaciones de lado y construir caminos hacia la reconciliación social", afirmó el arzobispo. Aunque reconoció que no es tarea fácil, recalcó que se trata de una necesidad urgente: "No es sencillo, pero es el momento de hacerlo".