Tiburones ante la pesca
Por: Gerardo Armenta
Si usted tiene algo que hacer puede resultar conveniente que asuma llevarlo a cabo de inmediato. ¿Antes de que sea demasiado tarde? Exactamente. Y es que, ¿sabe usted?, el fin del mundo podría estar más cerca de lo que se imagina. Por lo menos tal es lo que piensa y da por cierto la reconocida cantante Yuri. Asombra la certidumbre con que plantea sus vaticinios.
Por ejemplo, la simpática y muy guapa intérprete oriunda de Veracruz cree que la que existe hoy es la última generación humana sobre la Tierra. De esta manera, planteó un futuro desesperanzador para este planeta y la población que lo habita. Atribuyó tal circunstancia, no muy reconfortante, por cierto, a los problemas ecológicos, a las guerras y a los desastres naturales que han ocurrido durante los últimos meses.
Planteó que, para ella, por lo que conoce a través de la Biblia, este planeta no va a durar mucho, porque ya no aguanta. Yuri habló de esta manera durante una entrevista que ofreció al programa televisivo Sale el sol. Allí habló del calentamiento global, de las cosas que están pasando, "y sin Dios, aún peor". Y ejemplificó: "Vean lo que está pasando en Israel; es una crueldad".
Exhortó a prepararse ante lo que pueda suceder (tal fue lo que le pidió al público televidente). Y a continuación aseguró: "Los que conocemos la Palabra, sabíamos que esto iba a pasar, y no va a cesar. Va de mal en peor". Y luego Yuri advirtió: "Tenemos que estar preparados porque vienen momentos difíciles para la humanidad". Por eso, dijo, "hay que reflexionar y trabajar espiritualmente".
Es probable que palabras como las anteriores no se adviertan muy reconfortantes para iniciar un nuevo año o bajo cualquier otra circunstancia existencial. Pero ni modo. Así las dijo Yuri. Y es que, sin incurrir en fatalidades irreversibles, algunas de los hechos planteados por la cantante están hoy mismo ocurriendo. Pensemos, por ejemplo, en el reciente temblor que azotó a Japón. Aunque tampoco se trataría de creer a pie juntillas nada más porque sí vaticinios alarmistas o catastrofistas como los que se asocian con el hipotético fin del mundo para mañana a mediodía, por más calamidades naturales que sea dable enfrentar.
Al final, uno admira más a Yuri como intérprete de canciones como el osito panda o la maldita primavera que, como anunciadora de la hora final de la humanidad, aunque nunca estará de más, lo que sea de cada quien, no perder de vista los cada vez más frecuentes hechos dramáticos o calamitosos que ocurren en el planeta. No vaya a ser la de malas y el fin del mundo nos sorprenda fuera de la base pensando en cosas sin la menor importancia. Por eso, más vale practicar la actitud de ojo avizor. Nada más por lo dicho en renglones inmediatamente anteriores: no vaya a ser la de malas.
Mientras tanto, en otro género de pormenores, aunque dotados de un significado que se explica por sí solo, se mantiene en el comentario público el lamentable suceso por el que un joven pescador resultó muerto al ser atacado por un tiburón en aguas de mar del sur de la entidad. Se advierte una explicable y pesarosa conmoción pública por este terrible hecho. En este contexto, no está del todo claro qué se podría hacer para evitar esta clase de indeseables sucedidos.
Tiene que asumirse que la pesca es un modo de vida para numerosos trabajadores sureños. Es evidente que no resultará fácil que retomen su quehacer a sabiendas de lo que podría ocurrirles. No se trata de inducirlos a que asuman esa fatalidad. Tampoco sería pertinente asumir una batalla frontal contra los tiburones por todo lo que implicaría en uno u otro sentido. Pero lo que tendría que hacerse es garantizar la seguridad de los pescadores que se arrojan al agua para garantizar su integridad mientras hacen su trabajo.
No puede ignorarse que desde hace tiempo se pusieron en práctica medidas animadas por ese propósito. Quizá habría que incrementarlas. Los pescadores dicen con toda razón que tienen que cuidarse tanto por ellos mismos como por sus familias. Tal debe ser el propósito fundamental en un esquema de trabajo como es el que estamos aludiendo. Procede también la posibilidad de esperar a que no haya tiburones en la región, como siempre había ocurrido y que, al parecer por cuestiones del clima, los escualos marcaron presencia en rumbos sureños.
Ramón Valenzuela Ruelas, presidente de la Cooperativa Loma Parda de Yavaros, explicó que la pesca regional atraviesa por una de las peores temporadas de la historia. Lo dijo así: "Todo se ha juntado. Las capturas de camarón fueron malas y también se tuvieron muchos problemas en los precios de comercialización. Y, por si fuera poco, ahora se suma todo esto de los tiburones".
En efecto, mal se pusieron las cosas para la pesca del sur...
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