Por: Francisco González Bolón
Y finalmente la que se creía como la mas segura ganadora para la alcaldía de Hermosillo, tiene que morder el polvo
Ayer, el Tribunal Estatal Electoral dijo que en ningún momento estuvo en duda el triunfo de Antonio Astiazarán Gutiérrez.
Es posible que Célida López Cárdenas recurra ahora al tribunal de alzada, el federal, pues de seguro no quiere quedarse con la duda de si en verdad le ganaron a la buena o sencillamente fue vendida en canal.
Los que saben de los entretelones políticos sostienen que más bien López Cárdenas perdió la brújula y comenzó a manejarse como invencible y que su victoria le afianzaría para ir por la Senaduría en 2024 y tres años después por la gubernatura de Sonora.
Como ese es el caminito que en las últimas fechas han recorrido quienes han gobernado a Sonora, pues creyó que su “fácil” victoria en Hermosillo le abriría todas las puertas hacia la gloria.
Pero no contaba con que el electorado tendría otros datos. Aunque supo manejar la capital del Estado en muchos servicios, los que descuidó fueron suficientes para negarle la reelección.
Si a eso se le suma que no las traía todas consigo con el equipo de Alfonso Durazo Montaño, pues todo se le complicó y lo que parecía un inminente triunfo, se le fue como agua entre las manos porque la estrategia de Astiazarán Gutiérrez le rindió buenos frutos.
Será difícil saber si las huestes morenistas operaron en contra de López Cárdenas o si las concertacesiones de altos vuelos la incluyeron a ella fuera de la ubre gubernamental. Ya sabremos si es compensada con un puesto en el gabinete del próximo Gobierno o si de plano no la dejarán figurar ni concretar sus ansias de poder en las próximas elecciones.
Más en el sur, preocupante por donde se le quiera ver la “desaparición” de habitantes de Loma de Bácum, esos que hicieron retroceder a la Guardia Nacional en días pasados.
Hay versiones encontradas entre los miembros de la Tribu Yaqui, pues algunos echan la culpa a los militares, como represalia por haberlos sacado de su territorio y otros piensan que posiblemente sea una venganza de los narcotraficantes a los que decomisaron su “mercancía” en terreno indígena y que piensan fueron ellos los que dieron santo y seña a las autoridades de dónde se encontraba el cargamento.
Como quiera que haya sido, es preciso encontrar una solución a tantos conflictos en esos pueblos originarios, pues en medio del río revuelto hay quienes están recibiendo buenas ganancias por mantener la división en una comunidad que no vio venir este tipo de problemas porque lo único que oyeron fueran las suaves palabras de quienes los querían de su lado, electoralmente hablando.
Hoy que ha pasado todo el proceso electoral y los yaquis respondieron bien a quienes los “reclutaron”, son pocos los que se acercan para ver de qué modo pueden encontrarse las mejores salidas a tantos pleitos.
Ya basta de tanta intriga que solamente ha llevado a muertes y desapariciones entre los indígenas.
La Tribu Yaqui merece un trato respetuoso que vaya más allá de discursos huecos.
Y si por algo se les quiere ofrecer disculpas, es precisamente por haberlos utilizado por años como carne de cañón electoral.
Eso les ha costado mas que el destierro en tiempos de Porfirio Díaz, durante la Revolución y otros gobiernos que les dieron la espalda y solamente buscaban exterminarlos.
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