Xóchitl Gálvez en el sur

La problemática agrícola

Por: Gerardo Armenta

En su condición de precandidata a la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez dijo el martes anterior en Navojoa que sacará al campo del abandono en que se encuentra, en lo que será una prioridad a la que se destinarán recursos. Apoyada en su aspiración electoral por la Coalición Fuerza y Corazón por México, sostuvo una reunión con representantes del sector agrícola del sur de Sonora. Durante este encuentro le fueron planteados problemas fundamentales de este quehacer como son la falta de agua y la carencia de apoyos.

En respuesta, la aspirante presidencial dijo que el campo sí tiene solución. "pero lo que sucedió –dijo- es que se dejaron de hacer muchas cosas en esta administración federal". Adelantó que, en su plan de gobierno, la prioridad será el manejo del agua y señaló que este es un recurso que es vital para las actividades primarias como la ganadería y la agricultura. Apuntó que una y otra están en riesgo por la falta de apoyos de la Federación. Llamó la atención que expusiera el dato conocido en cuanto a que el 80 por ciento de la economía de la región del Mayo gira en torno a un factor como el agua.

Por lo visto, conocedora con detalle de la problemática agrícola que padece la región, Xóchitl Gálvez dijo que viene un grave problema, porque en el Valle del Mayo no se podrá sembrar, en tanto que no hay agua. Subrayó que las presas están prácticamente al 30 por ciento de su capacidad. Puso de relieve que durante los últimos seis años se dejaron de hacer muchas cosas. Por ello, reconoció que uno de los sectores más afectados por las actuales políticas públicas en el país, son los productores agrícolas.

Y es cierto. La historia puntual al respecto está allí, es decir, escrita todos los días. En función de motivos que no resultan comprensibles, prácticamente se dejó de la mano, en una región como la sureña, una tarea tan vital e importante como la agricultura. De aquí la importancia de que se ayude a un sector que es pilar en la vida general del Valle del Mayo. No se trataría de asumir las clásicas y graciosas concesiones verbales. Se trataría de abordar el asunto con seriedad.

No puede ignorarse que hoy se viven tiempos electorales, aunque ni siquiera estén todavía cabalmente declarados con esta definición. Bien se sabe que oficialmente tales tiempos todavía no empiezan. Pero llegará el momento en que eso suceda. ¿Entonces será preciso volver a hablar de asuntos como los descritos con quienes ostentarán ya candidaturas cabalmente reconocidas con la debida importancia? Cabe entender que así es el mecanismo al que hay que sujetarse.

Por supuesto que nada hay de reprochable en una mecánica de esa naturaleza. Pero el problema es que en épocas de precampaña o campaña en forma es común que se hablen y discutan muchas cosas. En una temporada así todo lo malo o negativo existente en un país como el nuestro sale a relucir. También suelen abundar las rápidas soluciones en un juego superior al clásico de bote pronto. Bien se sabe que en México durante las etapas electorales todo es fácil. No hay reto o esfuerzo que no se asuma por descomunal que parezca. Basta con prometer y asunto arreglado.

Sin embargo, habría que preguntar si todavía dispone de fueros propios una actitud como la descrita, es decir, aquella conducta por la que alguien en campaña lo único que tiene que hacer es decir que sí a todo lo que se le plantee con buenas o malas formas. Es memorable la anécdota o charra de un real o mítico candidato que prometió la hechura de un puente en un lugar donde ni siquiera había río que cruzar. "No importa", replicó. "Les hacemos también el río". Más fácil debió ser para otro candidato al que en campaña le pidieron un pitcher zurdo para el equipo local de beisbol.

De esa medida pueden ser de utilidad las campañas que se llevan a cabo en busca del voto popular. El problema es que en este país, al paso del tiempo, se han expuesto ante aspirantes presidenciales tantos y tantos problemas, que no se entiende de buenas a primeras por qué parecería que en muchos aspectos y renglones social o económicamente atrasados, nunca se ha dicho una sola palabra. ¿Será porque acaso las palabras se las lleva el viento?

No debería ser así bajo ninguna circunstancia. Aunque...

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