¡Ventajas y beneficios de la IA según el Papa Francisco!

La Inteligencia Artificial ya no es cosa de películas de ciencia ficción, ni de científicos en batas blancas

Por: Antonio Reyes Vásquez

En medio de los avances tecnológicos que transforman cada día nuestra vida, el Papa Francisco lanzó una reflexión que no proviene del mundo de la ingeniería, la economía o la academia, sino del corazón de la ética y la espiritualidad.

La Inteligencia Artificial (IA) ya no es cosa de películas de ciencia ficción, ni de científicos en batas blancas. Es una realidad que vive con nosotros: en los filtros de las redes sociales, en las rutas que nos marca el GPS, en las decisiones que toman los bancos, hospitales y hasta gobiernos. Según un estudio del Foro Económico Mundial (2024), más del 77% de las empresas en América Latina ya utilizan herramientas de IA en alguna parte de su operación. Pero, ¿estamos preparados ética y socialmente para convivir con ella? Ahí es donde entra la voz del Papa.

UN LLAMADO ÉTICO DESDE ROMA AL MUNDO DIGITAL

Durante el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2024, el Papa Francisco pidió que la Inteligencia Artificial no nos haga olvidar que la persona humana está en el centro de todo progreso. Lo dijo con palabras claras: "No todo lo que es técnicamente posible es éticamente aceptable". Esta afirmación, en tiempos de fascinación por la velocidad, la eficiencia y el control algorítmico, representa un alto necesario en el camino.

Francisco no se opuso al uso de la IA; por el contrario, la reconoció como una herramienta capaz de mejorar la vida humana. Destacó que puede democratizar el acceso al conocimiento, fomentar la educación y acelerar la investigación científica. En una región como la nuestra, donde las brechas educativas son una realidad, esto representa una oportunidad que no debemos desperdiciar. Imaginemos a un joven en Etchojoa accediendo, gracias a una IA, a libros, clases y herramientas educativas de nivel mundial. O una maestra en Álamos que utiliza traducción automática y visualización de datos para diseñar mejores estrategias de enseñanza. La tecnología al servicio del bien común.

LA IA NO DEBE SER UN LUJO, NI UN RIESGO PARA LOS POBRES

El Papa, fiel a su opción por los más vulnerables, insistió en que esta revolución tecnológica debe reducir, y no aumentar, las desigualdades. Y nos alertó sobre el riesgo de que la IA sea un nuevo privilegio de los poderosos. La automatización puede desplazar empleos, pero también puede liberarnos de tareas repetitivas para enfocarnos en lo que verdaderamente requiere creatividad y conciencia.

En palabras del Pontífice: "La Inteligencia Artificial podría ayudar a eliminar el hambre en el mundo, mejorar diagnósticos médicos o evitar desastres naturales, pero también puede convertirse en un instrumento de vigilancia, manipulación y marginación". Esta visión nos invita a asumir nuestra corresponsabilidad como ciudadanos, usuarios y tomadores de decisiones. El sur de Sonora no está al margen de este debate. Si como sociedad no nos capacitamos ni formamos criterios éticos sólidos, corremos el riesgo de ser consumidores pasivos de decisiones automatizadas tomadas desde otros centros de poder.

HUMANIZAR EL DESARROLLO TECNOLÓGICO

Una de las advertencias más profundas del Papa es no caer en la ilusión de que las máquinas pueden sustituir a los seres humanos. La IA no tiene conciencia, compasión ni capacidad de amar. Puede simular, predecir y aprender, pero no sentir ni discernir el bien y el mal como lo hace una persona. Por eso, Francisco insistió en que la IA no debe decidir sobre cuestiones que afecten la dignidad humana sin supervisión ética.

Propone, incluso, un marco internacional para su regulación, algo que cada vez más líderes del mundo apoyan. Naciones Unidas, por ejemplo, ha establecido desde 2021 una hoja de ruta para el uso ético de la Inteligencia Artificial, con foco en derechos humanos, privacidad y gobernanza transparente. México, aunque con rezago, también debe entrar en esta conversación, y los ciudadanos debemos exigirlo.

El Papa no busca frenar la tecnología. Busca dotarla de alma. Su llamado es claro: "Que cada avance tecnológico esté guiado por el respeto a la dignidad humana y al bien común". Esta frase encierra una brújula moral que no puede ser ignorada ni por empresarios, ni por educadores, ni por gobernantes, ni por nosotros como usuarios comunes.

MINIRRETO DE LA SEMANA

Infórmate sobre una aplicación de IA que pueda ayudarte a mejorar tu vida o tu trabajo, y compártela con alguien que no la conozca.

La Inteligencia Artificial es una oportunidad histórica, pero no basta con conocer sus ventajas técnicas. Debemos mirar sus implicaciones humanas, sociales y espirituales. Como diría el Papa, no se trata solo de avanzar, sino de avanzar juntos y con sentido. Y para lograrlo, necesitamos una tecnología con alma... y una humanidad con visión.

Nos leeremos, en este mismo espacio.

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