Con cada recibo por pagar y que cada día aumentan. Ni modo ¡A cerrar llaves! Adiós a gastitos superfluos que no sirven de nada...
Por: Jesús Huerta Suárez
Los años van pasando y la vida te obliga a aprender, aunque sea a golpes, pero tienes que aprender a que cada día todo puede complicarse aún más. Desde lo más básico: la salud.
El dinero; y es que si no alcanzas pensión, o no te heredan, o no te ganas la lotería o no tienes tus ahorritos, vas a sufrir. Y es que tienes que seguir trabajando, aunque ya lo hayas hecho por muchos años; aunque ya no tengas las ganas o la misma fuerza, pero hay que ingeniársela siempre para salirte con la tuya, si no, vas a sufrir…
Con cada recibo por pagar y que cada día aumentan. Ni modo ¡A cerrar llaves! Adiós a gastitos superfluos que no sirven de nada, y solo brindan unos segundos de euforia ¡pero a qué costo! Y, a veces, hasta daño te hacen.
Tal parece que la preocupación por la falta del suficiente dinero te esclaviza y después te mueres. Eso es sufrir.
En la salud, el tiempo cobra un alto precio. Te ves envejeciendo y con uno que otro achaque. Se te olvidan las cosas; puedes perder el ánimo, pero no te puedes vencer porque…vas a sufrir. En la salud y en la enfermedad, que Dios nos bendiga y sin mirar atrás.
Tus padres ya se fueron, o en eso andan, como todos, pero más ellos por lo escurridizo que se va haciendo el tiempo. Hasta algunos amigos o conocidos, han partido. Duele mucho, y es inevitable, pero si no honras su recuerdo, si no amaste a tiempo, más vas a sufrir.
El mundo, la tierra, la naturaleza, se desangra entre más te hundes en la inconciencia. El vacío existencial parecerá nunca poderse llenar, pero aún se puede despertar, si no, vas a sufrir.
Las balas, el dolor, la injusticia, la decadencia, la estupidez humana no cesan y aumentan, pero tú, puedes ser mejor cada día. Hay que intentarlo, pues alivia en mucho las penas.
¿Estar feliz todo el tiempo? No sé si pueda, o se deba, pero sí se puede estar alegre; hazte de un huerto o jardín, seducen el alma; lee un par de libros, dan alas; intenta algún instrumento musical, sé humilde; haz servicio social, camina por ahí, contempla las estrellas, sueña despierto y duerme profundo, y todo puede mejorar.
Quizá unos perros o mascotas alegren tu hogar.
Redescubre los sentidos; escucha a tu corazón, no sufras por amor y siente las caricias del viento y los abrazos del sol, que nunca es tarde para contemplar la luz de la razón.
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