Una raya más al tigre

La comedia de pie en Obregón

Por: Jesús Carvajal Moncada

El Stand up comedy o Comedia de pie, en español, es un evento en cual una persona, con micrófono en mano, y como el nombre lo indica, permanece de pie e interactúa con el público sobre diversos temas sociales, e incluso, mundiales, incluyendo experiencias familiares y personales.

En este tipo de espectáculos, quienes los realizan llevan un guion establecido, aunque comúnmente suelen salirse de él en determinado momento para dialogar con el público, hacer preguntas o recibir algún comentario. El stand up ha proliferado en Estados Unidos y México, entre otros países, debido a que da la oportunidad al público de divertirse de una manera interactiva. Si bien no se exige una actuación propiamente, el exponente debe hacer matices en su comunicación, enfatizando en lo emocional para conectar con la audiencia.

En Ciudad Obregón, se ha tenido la oportunidad de contar con la comedia de pie, a cargo de Manuel Ballesteros, quien fuera integrante del grupo de danza contemporánea La Lágrima, de Hermosillo, Sonora. Desde las costumbres de un estado del noroeste del país, como Sonora, con las botas, el sombrero, la comida, el lenguaje y la música, entre otros aspectos, pasando por otro espectáculo donde retoma pasajes de su vida familiar, principalmente de su niñez y adolescencia, en “El Adoptado”, recientemente difundido en nuestra ciudad.

El pasado quince de junio presentó una nueva creación, “Una raya más al tigre”, partiendo del hecho de estar cumpliendo 50 años de vida. En su desempeño, realiza una comparación de la forma de vida de hace veinte o treinta años y la actual, caracterizada por las redes sociales, la inmediatez de la información, las múltiples identidades sexuales y el lenguaje inclusivo. Además, hace alusión a los cambios físicos que se relacionan con entrar al medio siglo de vida, incluyendo los efectos de esto en la sexualidad.

Ballesteros hace constantes interacciones con el público, rompiendo en ocasiones con el guion construido previamente. Así, toma en cuenta sus comentarios y lo cuestiona, igualmente, desde adolescentes hasta adultos mayores. De esta forma, mantiene atentos a los espectadores, considerando también que muchos de ellos desean ser partícipes directos del espectáculo. En cierto momento, puede parecer que se extiende en duración al indagar entre el público sobre sus signos zodiacales, pero seguramente, el artista se rige de acuerdo al interés que perciba en las personas. En otros momentos, hace uso de la voz y de sus dotes de bailarín, por supuesto, para enriquecer su trabajo escénico.

Puede ser que el stand up no sea asimilado aún por una parte de los espectadores, que son más proclives a ver un monólogo que siga un guion de forma rigurosa. No obstante, la interacción del público fue fluida y las risas una constante durante la presentación.

Manuel Ballesteros está desarrollándose en un campo para el cual es apto, indudablemente. Pudiese pensarse que en este tipo de trabajo escénico es más viable y segura la conexión con el público, en lugar del nivel de abstracción que contiene la danza contemporánea, además de considerar que el paso del tiempo vuelve más difícil, normalmente, la ejecución al máximo de un bailarín. De cualquier forma, las facultades artísticas y la experiencia en los escenarios deben ser aprovechadas lo mejor posible en cada etapa de la trayectoria de la persona. Es lo que Manuel está haciendo, precisamente.