Una crisis financiera en el Gobierno de Navojoa

No debe existir municipio que no pase por dificultades de orden económico para solventar sus muy diversas e importantes necesidades administrativas

Por: Gerardo Armenta

En el Ayuntamiento de Navojoa existe una crisis financiera. El asunto quizá no haga valer mayor novedad. En principio porque quizá no debe existir municipio que no pase por dificultades de orden económico para solventar sus muy diversas e importantes necesidades administrativas propias y de orden público.

Tal es una triste pero contundente realidad ante la que poco puede hacerse para solventarla en un tronar de dedos. Acaso deba aceptarse que la misma acción modernizadora que envolvió a los gobiernos locales (los últimos en la escala administrativa cuando deberían ser los primeros), “sirvió” igualmente para empobrecerlos o atrasarlos y remitirlos a constantes embrollos económicos.

Los casos que se pueden invocar al respecto acaso se antojen dramáticos y hasta un tanto o de plano increíbles. En Navojoa, por ejemplo, el Ayuntamiento no dispone de los recursos económicos suficientes que le permitan garantizar o asegurar el sueldo completo de la nómina de sus empleados. El problema no termina aquí. Tiene una segunda parte un tanto burocrática o muy racional. Sucede que el gobierno navojoense no puede solicitar algún crédito que le ayude a salir de sus quebrantos económicos, en virtud de que está en curso la terminación de su trienio.

De acuerdo con la Tesorera Municipal, María del Rosario Santiago Vizcarra, se necesitan por lo menos seis millones de pesos mensuales para terminar de completar el sueldo de los empleados del Ayuntamiento de Navojoa. En este particular apartado puede marcarse un subrayado entre dramático e inexplicable. Y es el que tiene que ver con el hecho de que la nómina mensual de sus trabajadores ocupa más de la mitad del presupuesto anual del Ayuntamiento.

Bien podría señalarse que de una u otra manera datos como los anteriores son más o menos conocidos por la opinión pública local, en tanto que se han venido perfilando con el paso del tiempo. En este contexto debe ser propio reconocer que el Gobierno del Estado ha estado otorgando apoyos extraordinarios con el fin de achicar la medida de esta crisis por la que atraviesan las finanzas municipales de Navojoa. Al venidero mes de julio, los recursos económicos estatales para la Comuna local podrían sumar 18 millones de pesos aplicables todos al renglón de nómina.

En este contexto de crisis financiera o déficit en la materia, que para fines prácticos resulta un poco más o menos lo mismo, el regidor Guillermo Ruiz Campoy planteó gestionar más recursos estatales y federales para auxiliar al Ayuntamiento local. El planteamiento no es malo, sino todo lo contrario.

Por lo visto con el gobierno estatal existen procedimientos que permiten la obtención de recursos financieros de auxilio para el municipio. Por lo visto, no sucede lo mismo en tratándose del orden federal, cuyos trámites, si los hubiera, quizá deban ser más complicados. El riesgo es que la situación descrita a lo largo de estos renglones podría complicarse todavía más cuando menos se le espere. Así es como suelen fraguarse las crisis.

No vayamos quizá muy lejos para entender lo que postulan renglones como los inmediatamente anteriores. El martes pasado el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de Navojoa, protestó en Palacio (en lo que fue una toma del inmueble) por el incremento en las cuotas del Isssteson y por el retiro del trámite de sindicalización a por lo menos 90 trabajadores, sin que mediara ninguna notificación. Los sindicalizados consideraron estas dos decisiones como arbitrarias por parte del gobierno navojoense.

El dirigente gremial Ramón García Vallejo reconoció que las autoridades los tomaron por sorpresa porque no les avisaron nada de lo que vendría. De esta manera, notaron descuentos en sus ingresos en algunos casos entre 500 y mil pesos por trabajador. Debe asumirse que se trata de montos elevados, lo que sea de cada quien.

García Vallejo acusó de arbitrario al gobierno municipal y desprovisto de interés para proteger los derechos de la base sindical. Así lo dijo. No sólo por esas palabras queda nuevamente de manifiesto que ha resurgido la confrontación entre el gobierno de Navojoa y el sindicato de sus trabajadores. La verdad es que pleitos de esta naturaleza pueden ser hasta interesantes y didácticos. Pero siempre y cuando no rebasen ciertos y prudentes límites, lo cual se dice fácil. El problema, a la hora de la hora, es en el terreno de las palabras y los hechos. Ni más ni menos…

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