Surge el FARI en el PRI

El próximo domingo puede ser un día todavía más crítico para el priismo en su conjunto...

Por: Gerardo Armenta

En la política a la mexicana suele ser común que aparezcan organismos con membretes entre diversos, curiosos y hasta rimbombantes y con existencia un tanto incierta. De esta manera, recién fue posible saber de uno más, bajo una impresionante denominación como la que sigue: Frente Amplio de Renovación Interna. Obviamente sus siglas distintivas no pueden ser otras más que las siguientes: FARI. (El nuestro es también un país de siglas, las que están en todos lados como una especie de nuevo lenguaje marciano hablado y escrito).

¿Pero dicho sea en plata qué es o qué aspira a representar el FARI? Pues eso: una especie de corriente política surgida en el seno del PRI. ¿Con qué objetivo? Con uno muy elemental o truculento: exigir la renuncia de Alejandro Moreno Cárdenas como dirigente del partido. Y, por tanto, impedir así su reelección como mandamás del tricolor. Ni más ni menos. El caso es que el próximo domingo puede ser un día todavía más crítico para el priismo en su conjunto.

Y es que el 7 de julio se llevará a cabo la denominada asamblea nacional ordinaria del priísmo. Por lo visto en ese evento podría despejarse la reelección de “Alito” como mandamás priísta. Pero significativamente eso es lo que tratan de evitar quienes forman parte del FARI, amén seguramente de otros muchos más que bien podrían considerarse priistas a secas. Por lo demás, cabría suponer que Moreno está pensando en todo menos en dejar la dirigencia nacional del PRI. Incluso, sin esta distinción o título no tendría sentido su arribo al Senado, para lo cual ya debe estar con un pie en el estribo.

¿Quiénes militan en el FARI? Exactamente es difícil saberlo. Pero se supone que entre sus activos figuran ex legisladores y ex gobernadores del PRI. En una primera instancia salieron a luz los nombres de Dulce María Sauri, Natividad González y José Reyes Baeza, a quienes se conoce como ex gobernadora de Yucatán y ex gobernadores de Nuevo León y Chihuahua, respectivamente. Queda de manifiesto, entonces, que priistas de este rango son los que están a favor de la renuncia de “Alito” como mandamás del ex invencible, como también se conoce desde hace tiempo a un partido como el PRI, característica agudizada a últimas fechas.

De una u otra manera, entonces, las cosas en el PRI se han venido descomponiendo hacia su interior. Prueba de ello es que, por ejemplo, Dulce María Sauri dijo que, en caso de que “Alito” Moreno busque su reelección como dirigente del partido, estaría condenando al PRI a su destrucción. De tal medida, por lo visto, es el problema. No en balde reiteró Sauri: “Esta es una vuelta de tuerca que Alejandro Moreno está realizando en su propósito de acabar de destruir al PRI”.

Como queda en evidencia, así están las cosas en un partido como el tricolor. ¿Demasiado problemáticas? Sin duda. Pero lo más grave es que se trata de querellas producidas en el interior del mismo partido. Esta circunstancia no parece tomar en cuenta que el verdadero reto no consiste en que sus cuadros principales se agarren a moquetes divisionistas cada tercer día, sino todo lo contrario. Desde hace tiempo es patente que al PRI le hace falta un cierre de filas (si es que todavía le quedan filas que presumir) para reorganizar lo que tenga que ser reorganizado, si es preciso con pleitos ciertos o frontales.

No es posible que en estas alturas un partido como el PRI (no faltará quien diga que lo que queda de lo que fue) no sea capaz de un dramático, pero realista cierre de filas y empezar a recobrar por lo menos parte del rumbo extraviado ya desde tiempo atrás. Es increíble que, en la parte más complicada o difícil de su existencia, cuando desprovisto de rumbo y brújula debe superar la tenebrosa oscuridad del bosque, no disponga de guías con luz y capacidad suficiente para reencontrar el camino de vuelta.

Las anteriores parecerían líneas bobas de una novelita de por sí cursi o enfadosa, pero sirven para ilustrar un estado de cosas partidista que, como las existentes hoy en el PRI, no parece que vayan por buen rumbo práctico, político o ideológico. Es increíble que en estas alturas en el PRI salgan con algo llamado Frente Amplio de Renovación Interna. Tales son ganas de perder el tiempo en y con un partido que atraviesa por la coyuntura más difícil de su historia. Habrá que ver lo que pasa el domingo con su asamblea nacional. Ese evento tendría que ser un parteaguas. ¿Lo será realmente…?         

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