Por: Redacción
Ayer escuché dos veces la palabra “prosperar” en dos diferentes acepciones, y las dos me parecieron muy interesantes para retomarlas.
Una, fue en un anuncio de la radio en el que el locutor utilizó la palabra como referencia a nuestra ciudad, diciendo: “saludos desde la ‘progresista’ Ciudad Obregón”; y la otra vez fue cuando un pastor de la iglesia se refirió a que en esta vida no se trata solo de sobrevivir sino que hay que “prosperar”.
Y, bueno, ambos temas me parece que es importante darles la importancia que representan: Sí, en un tiempo Ciudad Obregón era conocida como una ciudad progresista, moderna, con el “empuje” necesario para llegar a ser una gran ciudad y de repente algo pasó y todo se quedó en el recuerdo y buenas intenciones de unos pocos. Perdimos la dirección y el ímpetu, y creo que esto es resultado de las pésimas administraciones públicas que hemos tenido no solo en Cajeme sino que en Sonora. Al Gobierno han llegado personas que no son más que el resultado de componendas torcidas de los partidos políticos, de la apatía ciudadana y de liderazgos con visión de futuro. Hoy, nuestra ciudad luce sucia, desordenada, pobretona, sumida en el vicio y sin ilusiones, con algunas excepciones empresariales, políticas y sociales.
Respecto al hecho de solo sobrevivir sin prosperar, como dice el pastor, es innegable. Como que ni en lo individual, y menos en lo colectivo, queremos dar el paso hacia una mejor calidad de vida para la mayoría. Nos da flojera o no sabremos cómo hacerlo, pero de que lo necesitamos, ¡lo necesitamos!
Es por eso que a continuación anoto algunas características o acciones que podemos poner en marcha si es que queremos prosperar: pongamos la ética como principio básico de nuestra existencia. Seamos cada quien responsables de nuestra existencia y de nuestras acciones y sus resultados. Juguemos verdaderamente el rol que nos corresponde y el que es padre, que se dedique a sus hijos, el que es administrador público que se dedique a servir honesta y eficazmente, el que es comerciante que se aboque a no solo tratar de vender sus productos sino a capacitar a su personal, a mantener el orden y la limpieza en su entorno.
El ciudadano en general deberá entender que para vivir en armonía y aspirar al progreso debe respetar las leyes y los reglamentos, el derecho de los demás, deberá ser puntual y apasionado de su trabajo y sus aficiones.
En lo general es recomendable para progresar ser ahorradores, respetuosos con nuestras familias y dedicarle algo de tiempo a la lectura y al servicio social, y las cosas comenzarán a mejorar.
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