Retos del campo

Para alimentar 7.8 billones de personas en el mundo, sin contar los que están naciendo en el momento en que usted lee estas líneas, la humanidad tiene grandes retos.

Por: Francisco González Bolón

Según los expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, la escasez de recursos naturales y su rápida degradación representan los desafíos mas apremiantes para todos.

Y es que, aseguran, la demanda de alimentos cada minuto es mayor y eso hace que los gobiernos, pero sobre todo los científicos, redoblen esfuerzos y capacidad para ofrecer soluciones innovadoras que permitan producir en el campo de manera sostenible, es decir cuidando que los recursos naturales como la tierra y el agua puedan preservarse.

Es importante tener en cuenta que la producción de alimentos no tiene solamente que ver con el campo sino que es toda una cadena productiva que une a varios sectores no solamente en un país sino en el mundo globalizado de hoy.

Tan solo en México, sustentan los expertos, 9.3 millones de habitantes generan y transforman bienes agropecuarios y pesqueros, en tanto que 5.8 millones participan en la preparación y cosecha de la tierra.

México, coinciden las organizaciones del área, es una potencia agroalimentaria, al ocupar el décimo segundo lugar en la producción de alimentos y el octavo en exportación a nivel global, derivado tanto de sus condiciones climáticas como geográficas, por lo cual es un punto estratégico de conexión entre América del Norte y América Central.

Hoy no se valen mas experimentos con el agro mexicano. Se tienen que anteponer los intereses de alcanzar la nación autosustentable y que sin dejar de lado lo que le han dado por llamar la soberanía alimentaria, se dediquen mas esfuerzos y capital para todos los niveles productivos.

Si se quiere incentivar a los pequeños productores, qué bueno. Se lo merecen porque son el eslabón más débil de la cadena debido a que con las nuevas condiciones globalizadoras se les dejó a la buena de Dios durante los últimos cinco sexenios, aproximadamente.

Pero tampoco pueden dejarse en el olvido los agricultores que se la parten día con día en el campo para hacerlo más fértil y productivo. Aunque muchos de ellos pudieran haberse aprovechado de sus relaciones con el gobierno para enriquecerse, no se puede negar, hay muchos que sudan día con día y se esfuerzan por ser mejores aunque no tengan los estímulos oficiales a la mano.

No tiene por qué aplicarse el mismo rasero a todos sino lo que debe lograrse es un apoyo equilibrado para todos los sectores de la producción, sin quitarle a unos para darle a otros sino que los beneficiados sean los que, como dijeron en su momento, trabajan la tierra con sus propias manos.

Tanto derecho tiene el que planta la semilla de la manera mas sencilla como el que le da valor agregado a la producción. Cada una de las partes del engranaje productivo debe ser aceitada con estímulos fiscales que no distorsionen la economía sino que la impulsen para llevar al país a mejores niveles en el ámbito mundial.

Quizá con las reformas de Carlos Salinas de Gortari se condenó a los pequeños productores a rascarse con sus propias uñas, no se puede negar, pero también se está hoy ante la oportunidad de hacer renacer esas políticas e instituciones que le dieron impulso al trabajo tanto en las cinco como en las 100 hectáreas.

Ya no se vale que los campesinos dotados de tierra en 1938 y 1976 en el estado de Sonora sigan trabajando como peones en sus propias tierras, que debieron rentar, y algunos hasta vender, porque las condiciones del Tratado de Libre Comercio los desplazaron.

Es tiempo de que ejidos, comunidades, colonos y agricultores enfoquen sus baterías en una producción sustentable y capaz de brindar la suficiente alimentación para los ciudadanos de hoy y de mañana, en lo cual juegan un papel importante los avances científicos, pero también las políticas públicas fomentadoras de siembras, cosechas y comercialización redituables para todos y no solo para los coyotes o intermediarios.

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