Resentidos sociales

Por: Redacción

¿Será cierto que este país está lleno de resentidos sociales?

Yo pienso que sí; es que nos ha ido de mal en peor. El nuestro es un sistema económico- social que es tan difícil prosperar que millones mueren en el intento. Se podría decir que la nación está en crisis desde que nacimos y, lejos de mejorar la situación, las cosas empeoran. Cada día vivimos con más violencia, con más pobreza, más suciedad, más corrupción, más impunidad y menos oportunidades, menos acceso a la educación de calidad y, lo peor, es que esto parece no tener fin.

Por una parte, pensamos que la clase política es la culpable de la situación, pero en realidad la gran culpa ha sido del pueblo que olvida su historia cada tres o seis años y sigue votando por sus verdugos. Esto, si es que las elecciones, las más caras del mundo, por cierto, son legítimas, porque, como buenos resentidos no creemos del todo en las elecciones, y, por otra parte, los mexicanos somos capaces de elegir a alguien para que nos gobierne a cambio de una torta; o porque es conocido de un conocido; o porque se nos hace atractivo físicamente, o simplemente no salimos a ejercer nuestro derecho y obligación de votar porque “todos” son iguales de ratas o nos da flojera levantarnos o no tenemos credencial de elector.

El caso es que cada día estamos más resentidos contra todos y por todo. Estamos enojados con el mundo y con nosotros mismos y se nota en nuestra actitud. Falta que vuele una mosca para querernos pelear con alguien. Nosotros somos mejores que todos. Todos son unos idiotas. Vamos al estadio y estamos esperando no goles sino pelear y mentar madres a diestra y siniestra con tal de sacar nuestro resentimiento. Parece que siempre estamos buscando quién nos la pague no quién nos la hizo. Es difícil nuestra forma de ser.

Pero ¿qué podemos hacer para desactivar ese resentimiento social tan propio del mexicano común?

Primero, detectar cuál es la razón de nuestro enfado. Segundo, darnos cuentas que nuestra actitud negativa no hace más que provocarnos más malestar. Tercero, aprendamos a perdonar y dejar pesar las cosas. Cuarto, no tomarnos las cosas de manera personal. Quinto, darnos cuenta que nadie, ni nosotros, somos perfectos y, sexto, entender de una buena vez que si cambiamos nosotros cambiará el mundo.

Jesushuerta3000@hotmail.com