Parece tratarse de un punto de inflexión sin retorno
Por: Manuel Borbón Morales
Al momento en que se escribe este despacho, los ánimos en la Cámara Baja se encuentran sumamente caldeados debido a la confrontación que provoca la votación de la reforma eléctrica propuesta por Andrés Manuel López Obrador, la cual busca reformar los artículos 25,26 y 28 de la Constitución, con la finalidad según sus defensores, de recortar los beneficios para empresas particulares y extranjeras, así como fortalecer las instituciones gubernamentales en materia energética.
Por su parte, los detractores de dicha reforma han argumentado que, de aprobarse, México retrocedería en materia de energías limpias y renovables al poner en manos de funcionarios públicos ineficientes como Manuel Bartlett las políticas energéticas nacionales.
Independientemente del resultado, la discusión y confrontación que ha generado el intento por aprobar dichas reformas ha generado una herida que parece difícil de cicatrizar en el corto plazo, sino al contrario, de primera mano parece tratarse de un punto de inflexión sin retorno, del cual surgen los siguientes puntos al primer encuentro de un bloque opositor en contra de Morena:
1. Por primera vez la oposición tuvo su primer round de prueba para contener políticas que consideran nocivas para los mexicanos, por lo que para ellos ha quedado demostrado de manera explícita la utilidad de funcionar como un mismo ente en los temas en los que haya coincidencia. Asimismo, los mexicanos que eligieron a la alianza PAN, PRI y PRD, así como también a Movimiento Ciudadano como opciones en contra de Morena pueden decirse representados por sus diputados, quienes en una primera prueba de fuego demostraron no caer ante las presiones y prebendas del partido en el poder para aprobar su reforma.
2. La radicalización de Morena parece haber tomado curso sin vuelta atrás, el hecho de proponer políticas públicas drásticas, sin la capacidad para generar consensos y encontrar puntos medios entre las visiones de las diferentes facciones políticas, podría paralizar al legislativo entre dos bandos totalmente alejados, los cuales, al verse en una situación de encono como la que se vive en la actualidad, muy probablemente terminarían por rechazar cualquier propuesta que provenga del ejecutivo.
3. En caso de no aprobarse la reforma, para Morena significaría su primer revés legislativo y, de tomar las cosas con seriedad, debería ser una lección para replantear el rumbo de su movimiento; de igual forma, para la oposición esta situación debería de representar un nuevo comienzo para dejar de ser una oposición reactiva a los designios presidenciales y empezar a ser una oposición proactiva.
La efervescencia política parece comenzar a elevar la temperatura rumbo al 2024, en el que se observa una clara y diáfana división entre dos polos políticos diferentes, Morena y la oposición.
Este proceso de reforma eléctrica pudiese marcar la primera campanada con miras a los comicios de 2024, los cuales prometen convertirse en una verdadera pugna encarnizada por el poder, tal como no se veía desde algunas décadas en nuestro país.
borbonmanuel@gmail.com