Para Claudia Sheinbaum, no hay marcha atrás en el proceso de instauración y consolidación de lo que han llamado el segundo piso de la 4T
Por: Manuel Borbón Morales
Se dice que hace más de dos mil años, el mítico político y militar romano, Julio César, tomó una decisión que cambió el rumbo de la historia y que, al tiempo, se ha convertido en un hito, cruzar el Río Rubicón en compañía de sus legiones militares acuñando la famosa frase “Alea iacta est”, que quiere decir: “la suerte está echada”, lo cual significaba un antes y un después en su relación con el Gobierno romano, provocando con sus acciones un camino de no retorno en la búsqueda de sus objetivos políticos.
Tal parece que para la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, no hay marcha atrás en el proceso de instauración y consolidación de lo que han llamado el segundo piso de la Cuarta Transformación, lo cual, no es otra cosa más que afianzar y fortalecer el camino trazado por el saliente Gobierno de López Obrador, quien, pudiendo estar de acuerdo con sus decisiones o no, es imposible negar que con sus acciones ha realizado un cambio de régimen en nuestro país, ya que, no exento de errores, han logrado instaurar cambios orgánicos, pero, sobre todo, un viraje en la visión que se tenía de las problemáticas del país y de sus posibles soluciones.
Es debido a lo anterior que, la Reforma al Poder Judicial parece no tener marcha atrás y, a pesar de que recientemente se ha convertido en un tema de polarización, el hecho de prácticamente contar con mayoría en ambas cámaras, parece haber brindado a la presidenta electa el mandato y la legitimidad para tomar una decisión que le lleve a cruzar el Rubicón y jugarse el todo por el todo en la búsqueda de hacer historia como el gobierno que tuvo el valor de intentar instaurar un cambio de régimen en nuestro país.
El hecho de que se haya decidido dar el paso en dicha reforma ha traído consigo reacciones que hacen pensar que, de concretarse, la confrontación con quienes defienden el “status quo” del sistema judicial, pero también, de un régimen político que está por extinguirse, será de tal calado que, de vencer en dicha batalla que enfrenta visiblemente con miembros del Poder Judicial de la Federación, el gobierno de Estados Unidos y, algunos miembros de la oposición, significará para nuestro país la instauración sin cortapisas de un nuevo modelo de gobierno y, por ende, en una nueva era política y social.
Más allá de hablar de las posibles implicaciones positivas y negativas que podría tener la reforma, de las cuales ya se ha escrito anteriormente en este despacho, es importante reconocer los tiempos que se viven actualmente y entender que, más que solo una reforma de carácter judicial, las acciones y reformas emprendidas por el nuevo gobierno significan un antes y un después en la manera que se venía haciendo política en nuestro país, por quienes la mayoría de los ciudadanos ha venido dando su confianza en las urnas para que las propuestas e ideas que desde hace por lo menos un par de décadas el hoy presidente saliente Andrés Manuel López Obrador ha venido proponiendo en todo el territorio nacional, por lo que, quienes se dicen sorprendidos por dichas decisiones deberían de poner más atención al título de la coalición que lo llevó al poder “Juntos Hagamos Historia”, la cual, nadie podrá negar se está escribiendo en nuestros días.
Para Claudia Sheinbaum y su movimiento el hecho de seguir adelante contra viento y marea e implementar la Reforma al Poder Judicial y demás iniciativas, significa dar un paso hacia adelante en el cruce del río Rubicón, veremos si se cuenta con la suficiente fuerza como para hacer historia y consolidar este nuevo régimen al que han llamado segundo piso de la Cuarta Transformación.
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