Las imágenes dicen más que mil palabras, y Diego Huerta, a través de la lente, muestra un país al que ama profundamente
Por: Francisco González Bolón
El fotógrafo Diego Huerta, ha viajado por todo México en busca de imágenes representativas de este país, del que está enamorado.
Sin embargo, él tiene su propia visión sobre acontecimientos diversos, como el reciente acuerdo del Plan de Justicia para los yaquis y en esta ocasión nos la comparte desde algún sitio del país.
Disfrútenla:
“Hace unos días, en el Estado de Sonora, y más en lo específico en la Nación Yaqui, se llevó a cabo una ceremonia burocrática a la cual denominaron “Petición de perdón por agravios a los pueblos originarios”.
“Petición de perdón…”.
“Pero antes de decir nada quiero ponerlos solo en contexto de cómo se conforma la Nación Yaqui y qué pasa actualmente por allá.
“Los Yaquis se conforman de ocho pueblos. Cada pueblo tiene su gobernador tradicional y su guardia tradicional. Es decir, son autónomos unos de otros pero si pasa algo que afecte al territorio Yaqui debe de existir un consenso para decidir en conjunto sobre qué hacer al respecto.
“Para los Yaquis todo tiene un simbolismo, la lluvia, el sol, el monte, el venado, el cual representa en cada una de sus puntas a cada uno de los ocho pueblos. Todo tiene un significado. Todo.
“Han pasado ya un par de años desde que el problema del gasoducto con el cual querían arrancarles su derecho a decidir el paso del mismo sobre su territorio, lo que vino a ocasionar la invasión al pueblo de Loma de Bácum de las fuerzas estatales y federales coludidos con personas ajenas a la comunidad, lo que provocó vehículos incendiados, golpes y disparos, lo cual dieron muerte a una persona.
“Esta invasión no fue de extranjeros, esta invasión no fue de Porfirio Díaz, esta invasión fue del gobierno y fuerzas policiacas.
“Y menciono al pueblo de Loma de Bácum pues es el único de los ocho pueblos que ha defendido a capa y espada su territorio. Es al pueblo que siguen relegando por su oposición de evitar el paso del gasoducto que vendría a representar un peligro inminente para sus pobladores. Y hay que decirlo, en más de una ocasión les han ofrecido millones de pesos, los cuales han rechazado pues su libertad y derecho de vivir en paz no lo venden.
“No puedes tomar la bandera del perdón del pasado si no conoces los agravios del presente. No puedes decir que se pide perdón a los pueblos si no incluyes a todos y marginas a unos en tu mismo evento político del perdón porque esos que son marginados son los incómodos que piden ser escuchados.
“Si se tiene un verdadero deseo de ofrecer un perdón sincero, comenzamos por algo tan simple pero tan significativo para el pueblo Yaqui como aceptar la ignorancia de no saber que siempre pero siempre el venado Yaqui tiene que tener ocho puntas.
“Hay que pedir perdón porque sus desaparecidos están comenzando a aparecer muertos y no hubo autoridad alguna que fuera capaz de impedirlo.
“Hay que pedir perdón porque después de 200 años de la liberación extranjera no existen servicios básicos tan vitales como el agua potable.
“Hay que pedir perdón pues defendemos más al político que al pueblo nativo.
“Esos pequeños detalles son los que no se dicen en esos eventos, pues todo en el gran Juya Ania tiene un gran significado”.
Usted juzgue.