Redes y Adicciones

En los últimos 10 años, las redes sociales penetraron y evolucionaron, y en 2020, más de la mitad de la población tenía acceso a ellas

Por: Moisés Gómez Reyna

En la última década, las redes sociales penetraron y evolucionaron a tal grado que ahora se les atribuye una alta influencia en la actividad política, económica y social en la mayor parte de los países del mundo.

Quizás para muchos podría parecer exagerada esta afirmación, pero al detenernos a revisar el número de usuarios de estos medios y al observar el propio comportamiento de las personas, podemos notar efectivamente la inmensa influencia que hoy tienen las redes. En 2020, se estimó que por primera vez más de la mitad de la población mundial (casi 4 mil millones de personas) era usuaria de redes sociales.

A enero de este año, el portal Statista.com calcula que en México el 78.3% de la población es usuaria de estos medios digitales. Entre esta población, las redes sociales con mayor porcentaje de usuarios son: WhatsApp con 94.3%, Facebook 93.4%, Instagram 79.1%, TikTok 70.4% y Twitter con56.0%. Las redes sociales se vuelven más robustas y poderosas en la medida de que crecen las interacciones entre las personas. La tendencia que alimenta este proceso ha venido siendo a la alta.

Una de las contribuciones positivas más importantes que tienen hoy en día las redes, es la visibilidad que permiten de problemas sociales, éticos y ambientales, que años antes tenían una escasa o casi nula visibilidad.

No obstante, estas plataformas también encierran aspectos negativos que comienzan a salir a la luz, y a los que debemos estar atentos como sociedad y por nuestra propia seguridad y la de nuestros hijos.

Hace unos días la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) advirtió que hay cada vez mayores pruebas de la relación entre la exposición a las redes sociales y el consumo de drogas ilícitas.

Esta problemática se focaliza sobre todo entre los jóvenes, que son los principales usuarios de esos medios y también son el grupo con mayores índices de uso de dichas sustancias.

En su informe anual correspondiente a 2021, este organismo independiente respaldado por la ONU, aseguró que esas plataformas exaltan comportamientos negativos relacionados con el uso de narcóticos controlados, ello al ofrecer una imagen atractiva y glamorosa de quienes tienen esas conductas.

Además, señaló que las redes sociales ofrecen a los consumidores la oportunidad de comprar en múltiples plataformas cannabis, analgésicos sujetos a receta médica y otras sustancias, y permiten que los delincuentes exploten herramientas como las monedas digitales, los pagos móviles y los servicios de monedero electrónico, que facilitan y agilizan la transferencia de dinero y les permiten ocultar fondos ilegales y maximizar ganancias.

Frente a esta situación, la Junta pidió a los gobiernos reglamentar esas plataformas e instó al sector privado a moderar y autorregular sus medios digitales y limite la publicidad y la promoción del consumo de drogas con fines no médicos.

El "dinero sucio" relacionado con el narco tiene consecuencias negativas en las sociedades y frena el desarrollo, advirtió, debido a que alimenta la corrupción, la violencia, la pobreza y la desigualdad, y fomenta el crimen.

El combate al narcotráfico obliga a los gobiernos a reasignar recursos que deberían tener como objetivo reducir la pobreza y promover el desarrollo social y económico, lo que, a su vez, debilita la buena gobernanza y agrava la desigualdad de los países.

Finalmente, para contrarrestar estos efectos negativos y el costo humano del comercio de drogas, la Junta recomendó a los gobiernos que aborden todas las etapas del narcotráfico, desde la producción y el cultivo hasta la venta y el lavado de ganancias ilegales, y los llamó a compartir información sobre el crimen organizado a nivel internacional.

Sin duda, vale la pena reflexionar qué estamos haciendo en México para evitar que las redes sociales se conviertan en otro instrumento más que potencie la descomposición social, el consumo de drogas y las ganancias del crimen organizado.

Twitter: @gomezreyna