Razón que no cuadra

Un estado como Sonora ocupó el penúltimo lugar en participación electoral a nivel nacional durante el reciente proceso comicial de junio

Por: Gerardo Armenta

Por alguna razón que no termina por cuadrar del todo, siempre se ha creído que los sonorenses tienen un especial gusto por la política y que por eso acuden casi presurosos a votar en el tiempo señalado para hacerlo. Sin embargo, quizá sería posible notificar malas noticias al respecto. Una de éstas resulta muy simple: no es tan cierto que la población de esta entidad se desviva por acudir a las urnas con el fin de marcar simpatías electorales.

A lo mejor eso sí ocurrió en algún tiempo pasado o francamente inserto en la prehistoria, suponiendo que en la prehistoria haya existido la formalidad electoral, lo cual quizá habría que dudarlo. Pero no hay necesidad de ubicarse en un tiempo tan lejano cuando se tiene a la mano el de hoy, que, como se sabe, proporciona la facilidad hasta numérica de acercarse al tema que se comenta. En este sentido puede resultar propio señalar que un estado como Sonora ocupó el penúltimo lugar en participación electoral a nivel nacional durante el reciente proceso comicial de junio.

De buenas a primeras, un planteamiento como el anterior no deja de generar una cierta o marcada sorpresa. Tal estado de ánimo podría mitigarse un poco si se toma nota de que, por ejemplo, este año salió a votar el 51% de los sonorenses. En los comicios de 2018, la participación electoral fue de 50.8%, una medición prácticamente igual a la de hoy. En el año 2021 la votación de los sonorenses fue de 42.8%, en tiempo de la pandemia, circunstancia que sin duda debió menguar todavía más el ánimo electoral de la población sonorense, lo cual resulta comprensible.

Datos como lo anteriores fueron señalados por Nery Ruiz Arvizu, consejero presidente del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, quien también ratificó que en materia electoral “otra vez somos el penúltimo lugar en participación”. Es obvio que, si la cuestión de que se habla significara una especie de competencia entre las entidades del país, la nuestra daría mucho en qué pensar con respecto al espíritu electoral de su población. Pero también habría que reconocer que a nadie se le puede obligar a votar bajo ninguna circunstancia, por más apremiante que ésta pudiera resultar en un momento determinado. 

En este tenor de conversación, puede resultar interesante señalar que Mazatán (no Mazatlán) fue el municipio sonorense que tuvo mayor participación electoral durante los recientes comicios llevados a cabo con 86.29% de votación. Por su parte, San Luis Río Colorado logró la más baja participación ciudadana al sumar 39.33% de sufragios. En este punto habría que tomar en cuenta el universo de población correspondiente para entender realmente qué tan alta o disminuida fue la respectiva expresión ciudadana comicial.

Aunque más allá o más acá de esas sutilezas, la evidencia real es que en Sonora desde hace tiempo existe una especie de desgano para acudir a las urnas, por lo menos en la proporción o abundancia que podría esperarse, o que, si se quiere, no tendría por qué aguardarse si la población misma es renuente a marcar presencia en las urnas. Los hechos al respecto son claros y no dejan mentir. Sonora ocupó el penúltimo lugar de votación entre las entidades del país durante el reciente proceso electoral.

Mientras tanto, y sin perder del todo el hilo de la plática, procede señalar que ya se conoció una primera decisión en torno al caso Rayón, municipio sonorense donde un candidato no registrado obtuvo la mayoría de los votos emitidos por la ciudadanía. Pero como tenía que ser, el triunfo le fue asignado al candidato que sí compitió bajo el registro pertinente. No parecería que una cuestión de esta naturaleza merecería mayores tribulaciones de nadie en ninguna parte.

Sin embargo, Heriberto Grijalva Vázquez, el candidato que buscó la alcaldía de Rayón por la libre, se inconformó y el caso llegó hasta la Sala que tiene en Guadalajara el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Entonces se tendrá que reconocer el triunfo del hoy alcalde de Rayón Alejandro Grijalva, como sin duda es preciso que suceda. La participación de su “contrincante” prácticamente se dio en el aire al no tener formalidad legal como candidato a la alcaldía.

Debió ser llamativo a título de mera anécdota que Grijalva Vázquez haya contendido en Rayón sin figurar en las boletas electorales por la alcaldía y en esta extraña o irregular circunstancia obtener una mayoría de votos como terminó haciéndolo. Pero nada de esto tuvo que ver con la formalidad o legalidad de la elección respectiva. En todo caso, si la popularidad que mostró Grijalva Vázquez no resulta pasajera, bien podría esperarse a la venidera elección por la alcaldía de Rayón y presentarse ahora sí como aspirante dotado de plena formalidad. Pero antes por lo visto piensa agotar otras instancias legales.            

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