PRI Sonora: el reto de su renovación

Hay que decirle a quienes controlan el PRI que a los militantes la unidad significa combinación de experiencia y juventud, y el mensaje llegue a todos

Por: Francisco González Bolón

En muchas partes, incluso del país, se dice una y otra vez, que el Partido Revolucionario Institucional está prácticamente muerto.

En las redes sociales los morenistas se han dedicado a ponerle clavos en la tumba priista, pero con epítetos que se les regresan antes de que terminen de pronunciarlos porque, sin duda, muchos de sus militantes provienen precisamente del PRI, el Presidente de la República incluido.

Un amplio conocedor de este tema es Eduardo Zamora Valenzuela, hoy Delegado de la Vieja Guardia Agrarista en Cajeme, que tiene la voz completa como para decirle a la cúpula de su partido que desde hace mucho tiempo ha abandonado a la militancia.

"Hoy recurren al gastado discurso de que son tiempos de unidad", asegura, "pero no sabemos qué significa para ellos ese término".

Por lo mismo, afirma, hay que decirle a quienes controlan el PRI que para los militantes la unidad significa la combinación de la experiencia con la juventud para que así pueda llegar el mensaje político a todos los sectores y a todas las edades.

Unidad, dice el ex Comisario de Cócorit y ex funcionario municipal en varias ocasiones, es que la dirigencia del PRI esté en contacto con la militancia, de tal modo que vayan hasta el más lejano de los seccionales en busca del consenso en torno a acciones y tomas de decisiones, candidaturas incluidas.

Hoy en Sonora y en Cajeme los militantes priistas quieren y necesitan, dice Zamora Valenzuela, un dirigente que no excluya en sus gestiones a ningún municipio o comunidad y colonia y que al mismo tiempo alcen la voz para que el gobierno escuche las necesidades de los ciudadanos que militan o simpatizan con el PRI.

Se requiere actuar como una oposición responsable y seria, que haga críticas al gobierno sobre su mal desempeño, pero también que lo acompañe cuando haya beneficios para la sociedad y no solamente para un grupo partidista, según el Médico Veterinario Zootecnista.

Para los priistas cajemenses, sostiene, es una tristeza ver cómo las instalaciones de su partido y algunas centrales están abandonadas, por lo cual se requieren líderes con capacidad de convocatoria y antecedentes de lucha social y no fifís que quieren ser dirigentes porque les interesa negociar plurinominales para ellos y sus amigos.

De cuándo acá las juntas del PRI se hacen en los restaurantes, sin importarles las asambleas o el trabajo social, reprocha, porque ser dirigente significa  una responsabilidad seria y no simple pasarela o búsqueda de reflectores para la conquista de candidaturas y, si no las consiguen, arrancan hacia otros partidos porque no es una militancia por convicciones sino por ambiciones.

Hay muchos errores cometidos, es cierto, considera, y por ello una buena parte de los priistas se fueron a otras siglas, pero es en eso precisamente que se debe trabajar: trabajar mano a mano con el aún militante, pero tener las puertas abiertas también para el que desee regresar, ya que solamente de esa manera, con la verdadera unidad y no solamente la del discurso, se podrá ser nuevamente competitivos, electoralmente hablando.

Esta postura, asegura Zamora Valenzuela, es la de muchos otros priistas, viejos y jóvenes, con los que ha platicado, pero es tiempo de que quienes se creen dueños de las siglas porque quieren seguir consiguiendo candidaturas para sus allegados, muestren apertura para todos y no solamente para unos cuantos.

Según el ex Comisario de Cócorit, no hay que dar por sentado que el PRI está muerto porque el reto de la próxima renovación de dirigentes será precisamente el que determine cómo es que se pueden ganar elecciones y en eso, sostiene, el tricolor tiene harta experiencia.

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