En Cajeme, diciembre no sólo huele a tamales, buñuelos, canela y champurro, sino también a comunidad
Por: Antonio Reyes Vásquez
Durante años, como coach y conferencista en temas de desarrollo humano, he observado cómo las pequeñas acciones ciudadanas pueden transformar el ánimo de un barrio entero. Preparar y recibir juntos las fiestas de fin de año es una oportunidad perfecta para volver a mirar a los vecinos, compartir, limpiar, embellecer y celebrar lo que somos: una gran familia sonorense.
PREPARÁNDONOS DESDE AHORAEl fin de año parece lejano, pero el tiempo vuela. Prepararnos con anticipación nos da la oportunidad de hacerlo sin prisas, con alegría y sentido de pertenencia. Comencemos por revisar el clóset: siempre hay chamarras, suéteres, camisas o zapatos en buen estado que pueden abrigar a quien más lo necesita. En Cajeme, asociaciones como Voluntariado DIF Sonora y grupos parroquiales reciben estas donaciones y las distribuyen de manera ordenada.
Luego viene la limpieza profunda: patios, techos, rincones, cocinas. Al entregar al recolector lo que ya no usamos, liberamos espacio y energía. Con unos litros de pintura, rodillos, brochas y buena voluntad, podemos embellecer interiores y fachadas. Y no olvidemos la banqueta: mantenerla limpia y despejada a cincuenta centímetros de cada lado es también un acto de civismo. Cuando adornamos nuestra casa —por dentro y por fuera—, no sólo la hacemos lucir; también inspiramos a otros a hacerlo.
EL EFECTO DOMINÓ DE LA LIMPIEZA Y LA UNIÓN¿Qué pasa si lo hacemos entre todos —chicos y grandes—? ¿Qué pasaría si cada colonia se organizara para limpiar y pintar antes de las fiestas? En mis recorridos por comunidades de Sonora he visto cómo un pequeño grupo puede generar un cambio enorme.
Hace algunos años, vecinos de la colonia Villa California, en Ciudad Obregón, decidieron reunirse un sábado para limpiar su parque y pintar los juegos infantiles. Al siguiente fin de semana, otra colonia cercana hizo lo mismo. En menos de un mes, cinco parques fueron intervenidos con recursos propios y apoyo de comercios locales. Ese "efecto dominó" de civismo convirtió el trabajo voluntario en tradición.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2023), más del 60% de los mexicanos considera que el deterioro del entorno público influye en el aumento de la inseguridad. Cuidar nuestros espacios comunes no es sólo cuestión estética: es una forma directa de fortalecer la convivencia y reducir la violencia.
PEQUEÑAS ACCIONES QUE CAMBIAN EL ROSTRO DE LA CIUDADSer buen ciudadano es más que pagar impuestos: es involucrarse. Si este año decidimos actuar, hagámoslo en familia. Organicemos una tarde para limpiar el frente de casa, sembrar una planta o colocar una maceta de nochebuena en la banqueta. Los niños aprenden más al ver que al escuchar.
Un grupo de jóvenes UNIVERSITARIOS, por ejemplo, realiza cada diciembre la campaña "Adopta una esquina": pintan guarniciones, colocan focos y arreglan jardineras en calles de Villa Bonita y el Centro. Su objetivo no es ganar un premio, sino contagiar entusiasmo. Cuando las calles están limpias y decoradas, la percepción de seguridad mejora y los vecinos salen más a convivir.
Esa es la magia de actuar juntos. Lo que comienza como una actividad doméstica se convierte en movimiento social. Una calle limpia atrae otra limpia, un gesto amable llama a otro. Cajeme necesita justamente eso: ciudadanos que pasen del reclamo a la acción.
MINI-RETO DE LA SEMANADedica este fin de semana a limpiar tu banqueta y regalar al menos una prenda en buen estado; invita a un vecino a hacerlo contigo.
Preparar las fiestas no se trata sólo de luces o regalos, sino de renovar el espíritu de comunidad. En cada casa ordenada y en cada calle limpia se refleja el corazón de una sociedad que no se rinde, que sigue creyendo que juntos somos más fuertes. Que este diciembre encuentre a Cajeme reluciente, solidario y lleno de esperanza. ¡Que viva la FAMILIA!
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