Por: Francisco González Bolón
Es terriblemente increíble que las corporaciones policiacas en Sonora estén trabajando solamente en reacción, jamás con prevención.
Cuando sucede algo en una zona, entonces acuden decenas, cientos, para “sofocar” la calentura de ese territorio, pero a las horas o días se devuelven a Hermosillo y todo sigue pasando en las zonas donde el crimen hace de las suyas sin el menor rubor.
En las últimas horas, el epicentro ha sido la zona de Magdalena, sin que ello demerite todo lo que está pasando en Cajeme, y hacia allá se han ido Guardia Nacional, Ejército Mexicano, Marina, Policía Estatal de Seguridad Pública, Fiscalía General de Justicia del Estado, Secretaría de Seguridad Pública, entre otras dependencias.
Sucede lo mismo cuando hay una ejecución: se van todas las corporaciones “al lugar de los hechos”, pero nadie sigue, ni quiere seguir, el paso de los sicarios. Todos se amontonan a juntar de uno en uno los casquillos o a contar el número de víctimas, pero nadie sabe dónde queda ese “rumbo desconocido” hacia donde partieron los autores del crimen.
Esto va a ser un cuento de nunca acabar mientras haya funcionarios comprometidos a cuidar la impunidad, pero a descuidar el patrimonio y la vida de la población, a la cual, finalmente, juraron defender cuando se pusieron el uniforme de servidores públicos.
Hoy, mañana y pasado van a presumir los “logros” de decomisar armas o drogas en las zonas “calientes”, pero a los días se les habrá olvidado hasta que los maleantes vuelvan a hacer de las suyas y se necesite de nuevo “reforzar” la seguridad. Demagogia vil.
A nadie le ha importado el crecimiento de la inseguridad. Todos cuidan solamente cómo van a salir bien librados a los tres o seis años de haber estado en el poder y después que “arree el de atrás”.
No se vale que los sonorenses de bien anden con el alma en un hilo cada vez que deben salir a las calles a trabajar, estudiar o simplemente intentar divertirse. Ya ni eso se puede porque cuando menos se espera, el viento trae hasta uno el horrendo estruendo de las balas.
Y cómo no va a haber impunidad si nos encontramos, por ejemplo, que “Artículo 19 dio a conocer que el jueves 15 de julio, el Tercer Tribunal Colegiado en el Estado de Quintana Roo otorgó un amparo a José Kamel Nacif Borge, liberándolo de toda responsabilidad por el delito de tortura en contra de la periodista y defensora de derechos humanos Lydia Cacho”.
Y la crónica periodística sigue:
“Con esta determinación se abre camino para la absolución del resto de los acusados”, sostuvo la organización. “Este órgano judicial señala en esta nueva sentencia que los hechos ocurridos los días 16 y 17 de diciembre de 2005, cuando Lydia fue aprehendida y torturada, no tuvieron relación con la publicación del libro Los Demonios del Edén: el poder de la pornografía infantil en México”.
“El amparo en revisión (bajo el número 143/2021) fue resuelto por mayoría, con el voto a favor de Selina Ahidé Avante Juárez, magistrada ponente del asunto, y Graciela Bonilla González, secretaria de tribunal en funciones de magistrada. El voto en contra fue del magistrado Jorge Mercado Mejía”, detalló.
“Esto ocurre luego de que en abril pasado, el Segundo Tribunal Unitario de Quintana Roo negó un amparo a Kamel Nacif. Ante ello, el empresario interpuso este recurso de revisión, que finalmente resolvió el Tercer Tribunal Colegiado, en el mismo estado, el pasado 15 de julio, liberándolo de toda responsabilidad”.
Esto es Sonora. Esto es México. ¿Saben cuándo regresará la paz? Nunca si desde el poder mismo se sigue fomentando la impunidad. Así de sencillo.
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